Querido hijo:
Te escribo estas líneas para que sepas que estoy viva, a pesar de que
tomo agua con arsénico todos los días. Y te escribo despacio porque sé
que no puedes leer de prisa, desde que te dio daño cerebral por tu
constante exposición al mercurio.
Si recibes esta carta es porque te llegó, si no te llegó, avísame y te la mando de nuevo.
Tu padre leyó que, según las encuestas, la mayoría de los derrames
ambientales de Yanacocha ocurren a menos de un kilómetro de las casas,
así que nos hemos mudado mucho más lejos.
No vas a reconocer la casa. El lugar es lindo; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí una ropita, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces.
No vas a reconocer la casa. El lugar es lindo; tiene una lavadora que no estoy segura si funciona o no. Ayer metí una ropita, tiré de la cadena y no he vuelto a ver la ropa desde entonces.
El clima de Cajamarca no está tan malo. La semana pasada sólo llovió 2 veces. La primera vez por 3 días y la segunda por 4 días.
Con respecto a la casaca que querías, tu tío Emilio, sí el aprista,
dijo que si la mandábamos con los botones puestos, pesaría demasiado y
el envío sería muy costoso, así que le quitamos los botones y los
pusimos en el bolsillo.
Al fin enterramos a tu abuelo; encontramos su cadáver con lo de la
mudanza. Estaba en el ropero desde el día en que nos ganó jugando al
escondite.
Vendimos el costoso pájaro carpintero hace ya un mes porque no quiso
hacer ningún mueble. Tu padrino, Lucho Guerrero, nos lo compró para
cruzarlo con una paloma.
El médico vino a la casa y me puso un tubito de vidrio en la boca y
me dijo que no la abriera por 10 minutos; tu padre ofreció comprarle el
tubito.
Tu hermana Julia, la que se casó con su marido yanacochino, está un
poco embarazada, pero como todavía no se sabe de qué sexo es, no te sé
decir si eres tío o tía. Si el bebé es una niña, tu hermana va a
nombrarla como yo. Qué raro que quiera llamar a su hija “Mamá”.
El pasado jueves ocurrió un accidente grave. Un camión cisterna con
mercurio se estrelló contra el cementerio y ya hemos rescatado como 900
cadáveres, entre ellos el de Paquito Arroyo, el ex alcalde.
Tu papá ya no tiene el empleo como guardián de una tranquera en la
zona de Conga, porque el día que se incendió el almacén, no dejó entrar a
los bomberos debido a que estaban vestidos de “rojos”.
Tu primo Mauricio se casó y resulta que le reza todas las noches a la
esposa, porque es virgen. A quién nunca hemos visto más por acá es al
tío Roque, el que murió el año pasado.
Imagínate que tu hermano Telmo cerró el carro y dejó las llaves
adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a
todos del auto.
En días pasados fuimos al centro comercial El Quinde y de pronto se
fue la luz y quedaron atrapadas 15 personas en el elevador. Tu papá, tu
hermana y yo, también quedamos atrapados en las escaleras eléctricas.
Tu hermana te iba a escribir un e-mail, pero no pudo porque se le
cayó el sistema; y ya tiene dos días buscándolo por todo el piso.
Bueno hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé.
Resulta que la última familia de yanacochinos foráneos que alquiló esta
casa se llevó los números para no tener que aprenderse su nueva
dirección.
Si hablas con doña Violeta, dale saludos de mi parte; y si no la ves, no le digas nada.
Tu madre que te quiere, Arsenia.
P.D. Te iba a mandar 100 mil solcitos, pero ya cerré el sobre.
Fuente: Diario El tiempo, Cajamarca
Fuente: Diario El tiempo, Cajamarca
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