Era
un río humano en un paisaje intensamente verde, rodeado de montañas y
ríos. El mensaje de aquellas más de cuatro mil personas era claro y se
leía en pancartas y se escuchaba en altoparlantes: Rancho Grande,
municipio tradicionalmente agrícola, no quiere minería en sus tierras.
Fuente: La Prensa
La marcha, realizada el 21 de marzo pasado, era la tercera que se
realiza en el municipio desde 2010, cuando se supo que B2Gold, la
compañía minera de capital canadiense, adquirió la concesión de
exploración de oro en este poblado rural, ubicado a 213.5 kilómetros al
norte de Managua.
Sin embargo, a lo largo de la ruta de la marcha también habían mantas
a favor de la minera, pequeños rótulos manuscritos en defensa de la
minería y personas con camisetas y gorras con el emblema de la compañía
extranjera, quienes defendían abiertamente la presencia de los
inversionistas en la zona, bajo el argumento de que habrá trabajo,
medicina y salud en sus comunidades.
EL CLERO AL FRENTE
La principal institución, que se ha plantado al frente de la resistencia a la minería, ha sido la Iglesia católica.
La Diócesis de Matagalpa, con sus 43 sacerdotes en el territorio,
emitió un comunicado de rechazo a la actividad minera y el 21 de marzo,
el día de la marcha, al frente iba el sacerdote Pablo Espinoza, cura
párroco de Rancho Grande, quien sin tapujos rechaza a la minera y acusa a
sus gerentes de mentir a la comunidad, chantajear a la población y
sobornar a las personas que, como él, tienen incidencia en la población
local.
"La naturaleza es lo único que nos queda de riqueza acá como recurso
en nuestra zona. Más bien diría que es como terminar de quitarle vida a
toda la región de Matagalpa y por qué no de Nicaragua. De aquí nos llega
todo el oxígeno que necesitamos para respirar. Estas montañas, estos
ríos y aquí la población, usted lo está viendo, de manera libre y
voluntaria en esta convocatoria se hacen presentes también y que gracias
a Dios tienen el respaldo de la Iglesia católica", justificó.
El sacerdote critica a la compañía de ofrecer "regalías" para conquistar el apoyo social a toda costa.
"Me ofrecieron una camioneta del año, me ofrecieron un buen salario,
todos los proyectos que nosotros ejecutamos para la formación de todos
nuestros cuadros pastorales, nos dijeron que ellos se hacen cargo
también. Todo esto tiene un costo y es arruinar nuestro pedacito de
tierra en Nicaragua, acá", acusa.
"¿Te imaginas el peso de conciencia sobre mi mismo como pastor, que
yo abriera la puerta hacia eso? Sería como llevar al matadero a toda
esta gente", advierte el sacerdote, quien insta a quienes creen en las
palabras y ofertas de B2Gold, a que volteen la vista hacia los
municipios de Santo Domingo.
B2GOLD VE MINORÍAS RECLAMANDO
Contrario a la visión crítica de la Iglesia católica hacia la minería
en la zona, B2Gold defiende su inversión, sus planes de desarrollo y
sus métodos de trabajo que, asegura, no son contaminantes ni antiéticos.
Levinia Sequeira, jefa de Relaciones Comunitarias de Mina El Limón
B2Gold, asegura que la empresa se encuentra en la segunda fase del
proyecto El Pavón en Rancho Grande, trabajando para conseguir el permiso
social de la población y autoridades locales.
Este permiso social, dice ella, es vital para avanzar a las
siguientes etapas del proyecto y consiste en informar a la población
local de los beneficios de desarrollo minero, en las inversiones
sociales de la empresa en la localidad, en la oportunidad de desarrollo
de infraestructura y servicios básicos del lugar, más empleo y dinamismo
de la actividad comercial del municipio.
Asegura ella que para llegar a esa "licencia social", B2Gold realiza
acercamiento con la población, mesas de diálogos con autoridades
locales, instituciones públicas y privadas y actores sociales
determinantes, para explicarles los alcances de las inversiones y
"desmitificar" las versiones de destrucción ambiental.
Según sus estimaciones, la marcha del 21 de marzo es una minoría
cercana al diez por ciento de una población de aproximadamente 28 mil
habitantes.
"Esas marchas eran el doble de grande hace tres años", refuerza Aiser Sarria, gerente de tajo de la minera.
Sin
embargo, la alcaldesa designada por el CSE en el lugar, María Isabel
González Amador, no solo rechaza a la minera canadiense, sino que
orienta a las bases de su partido (FSLN) en la zona a protestar contra
la transnacional.
"Algo que tenemos que aclarar a la población es que los trabajadores
de esta empresa en el territorio dicen que ya tienen el permiso de la
municipalidad y del gobierno nacional; nosotros no hemos dado permiso,
si la población dice que no quieren minas, pues no tendrá minas en
Rancho Grande", dijo, proclamando que el 95 por ciento de la comunidad
se opone a la minería.
Rancho Grande no tiene tradición minera y su principal actividad comercial es el cacao, ganado, café, granos y bosques.
4,000,000 de córdobas asegura B2Gold que ha invertido inicialmente en
proyectos sociales en la zona, como reforestación, entrega de granos
para siembra, juguetes y medicina, apoyo para reconstrucción de escuelas
y caminos, pero que el proyecto de "licencia social" e inversión
comunitaria apenas inicia.
Las razones de la pobreza
La ausencia de políticas públicas del Estado, más la pobreza, inciden
en apoyar la minería extranjera en la zona, según este testimonio de
Reina Sandoval, habitante de la comunidad Mancera: "Opino que haya
trabajo porque cuando ellos (B2Gold) están hay trabajo, ese tuquito de
casita que hice (señala la pequeña casa de madera) la hice porque
trabajamos ahí, ellos nos ayudaron. Aquí había niños enfermos (y) ellos
los llevaron hasta Managua. ¿Aquí quién nos da esa ayuda, ese provecho?
Solo ellos. Aquí si hay un niño enfermo ya uno corre para donde ellos
'fíjese que tengo un niño enfermo' y adonde esté ellos lo van a sacar y
los gastos van pagados ¿y entonces, si nadie nos ayuda aquí qué vamos a
hacer? Aquí vienen alcaldes (y) un plan techo no lo regalan. Aquí se van
por distingo de política: 'que el fulano es tal cosa, no le vamos a dar
nada' y ellos (minera) no vienen viendo distingo de colores. Si un
sandinista, un liberal, un conservador, ellos le ayudan".
Fuente: Web No a la Mina
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