Escribe: Secundino
Silva U.
Delincuentes de cuello y corbata |
Aunque las cartas para para
jugarse en la segunda vuelta, ya están sobre la mesa de los electores peruanos,
aún es tiempo de analizar y dejar sentadas algunas lecciones de la primera.
Las
encuestadoras y sus cifras
Sin duda, de desempeño muy
cuestionable. Al inicio del proceso, la información de sus muestreos, si en realidad
la recogieron, fue manipulada en función a intereses de ciertos grupos de poder
político y económico. Y luego, publicada
de manera tergiversada a fin de beneficiar, con la orientación del “voto a ganador”, a ciertas candidaturas,
que después de estar muy arriba se cayeron en picada.
No les funcionó “encapsular
a Humala, y que el pueblo lo olvidara, para elegir un Presidente continuista”. Luego,
de esconderle y restarle cifras; recién en marzo, decidieron “soltar de a
pocos” las cifras porcentuales del apoyo real que tenía, hasta cerrar con menos
del 25%. Luego, su explicación al casi 32 % que obtuvo el 10 de abril, es “que en la última semana, el candidato de
GANA PERÚ, creció más de cinco puntos porcentuales”.
Los
medios de comunicación y su parcialización
Los principales canales de
TV, radios y diarios adictos al
mensaje neoliberal, se despacharon dando cobertura favorable a los “logros del modelo económico” (léase
neoliberalismo); y tribuna abierta a sus peones políticos, para que lo
justifiquen y defiendan. La independencia, veracidad y objetividad que debe tener
una prensa seria y respetuosa de sus consumidores; cedió ante el llamado periodismo de opinión, parcializado y
rentista. Practicante además, de una especie de terrorismo informativo, que
tergiversa las ideas y propuestas del candidato que no es de su simpatía, y que
miente con descaro con tal de restarle apoyo popular.
Los
grupos políticos y sus candidatos.
La derecha y ultraderecha,
se marearon con las cifras del crecimiento económico, que el país experimentó
los últimos años. “El Perú avanza”, “El Perú crece”, eran los slogans más
repetidos y difundidos. La proyección ascendente de tal crecimiento para los
años venideros, despertó apetitos y ambiciones en varios grupos y
personalidades del club. Por éste hecho, los defensores del modelo neoliberal, muy
confiados de que el pueblo valoraba “las
bondades del modelo económico imperante”, se presentaron muy divididos a la
contienda electoral. Esto favoreció a la candidatura nacionalista de Ollanta
Humala.
Felices con el dinero del pueblo |
Inicialmente la derecha
apostó por Castañeda, luego por Toledo; pero al menor indicio de su caída, el
poder oficial les bajó el dedo; y sacó el As de la manga, el norteamericano PPK;
cuestionado y carente de apoyo rural, no llegó a la segunda vuelta. A
regañadientes, ahora acepta a Keiko Fujimori, y por ella rezarán, se
emborracharán y votarán, gente como: Su padre, los reos del destacamento “Colina”,
Nicolás Hermoza, Blanca Nélida Colán, Joy Way, Hurtado Miller, Vladimiro
Montesinos, etc.; los miembros de la CONFIEP; algunos dueños de YANACOCHA y otros
mineros; el “caín” Ulises Humala; Alan García, Jorge del Castillo y otros
delincuentes de cuello y corbata; etc. También, lo hará el grueso de su duro
20%; aquellos que, sabiendo que robó y ordenó asesinar, hasta idolatran a
Alberto Fujimori.
Ojalá algún día, estos ciudadanos equivocados
entiendan, que la plata no era del japonés, era del mismo
pueblo peruano. La que si no hubiera sido robada por millones, en más de diez
años de su dictadura, hubiera servido para generarles trabajo y otorgarles más
dignidad.
Los
resultados de la contienda
Ante el triunfo de Humala, en
la primera vuelta, la derecha busca explicaciones y culpables de la debacle.
Difícil que su rabieta y su insensibilidad, le permitan verlos de inmediato. Por
esto no hay autocrítica de los políticos de derecha; por el contrario, insisten
en descalificar al oponente; y en las redes sociales se leen mensajes y
opiniones con alto contenido de odio y racismo. Dicen que quienes votamos por
Humala somos: “Los imbéciles y frustrados”, “los serranos resentidos sociales”,
“los ignorantes y fracasados”, “los cholos brutos que no entienden lo bueno”,
“los que quieren que el Perú se iguale hacia abajo”, etc.
De éste modo, como lo he
dicho antes, la derecha y ultraderecha muestran su verdadera careta
antidemocrática; su total falta de respeto a la voluntad popular, a la que con
burdas mentiras quieren torcer o doblegar. El internet ha contribuido
grandemente a éste desenmascare.
Lo bueno es que el elector
peruano ha adquirido cierta madurez y disposición para pensar y analizar. En
ésta vez, pudo haberse hecho preguntas cómo las siguientes: ¿Por qué tanto odio
y difusión repetitiva, de ataques al candidato que no es de su agrado o
conveniencia? ¿Por qué no respetan nuestra decisión de apoyar a tal candidato,
y a fuerza de meternos miedo, quieren que votemos por quien ellos quieren? Las
respuestas ya son obvias.
Lima,
19 de abril del 2011
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