Juan Francisco Rojas
Acabo de terminar la lectura del libro de Norberto Bobbio que lleva el mismo título
de este artículo. La claridad de las ideas y la fuerza de los
argumentos del pensador italiano me animan a compartir alguna de sus
ideas, las que con convicción, dejan en claro la vigencia de ambos
conceptos políticos, y marcan nuestra agenda y la visión de las cosas en
la sociedad que compartimos.
Las
anotaciones que siguen están lejos de aquellos que con simplismo y
miopía pregonan el fin de las ideologías y se esfuerzan –con oscuros
intereses– porque la sociedad deje de lado reflexiones que darían
orientación a sus actuaciones. Es innegable que los conceptos de
“derecha e izquierda se niegan en su existencia”, sin embargo se siguen
utilizando continuamente. ¿Existirá una razón para ello?
Según Bobbio, la clave de la distinción se encuentra en la igualdad.
Los de izquierda, “aunque no ignorando que los hombres son tan iguales
como desiguales, aprecian mayormente y consideran más importante para
una buena convivencia lo que los asemeja;” mientras que los de derecha,
“partiendo del mismo juicio de hecho, aprecian y considera más
importante, para conseguir una buena convivencia, su diversidad.” En
otras palabras, los de izquierda consideran que los hombres “son más
iguales que desiguales”, mientras que los de derecha consideran que “son
más desiguales que iguales”.
.
.
El
contraste de pensamiento es una pauta para la diversidad de ideologías y
tiene como premisa una convicción distinta. Para los de izquierda las
desigualdades que indignan son creadas por la sociedad y, por lo tanto,
pueden hacerse desaparecer. Por el contrario, para los de derecha, todas
las desigualdades son naturales y, por lo tanto, no pueden eliminarse.
En el fondo, el problema radica en aceptar que los hombres son tan
iguales como diferentes, pero que, también la sociedad crea
desigualdades “artificiales” que contribuyen a marcar distancias cuando
éstas se suman a las desigualdades naturales.
.
.
Dice
Bobbio: “Las desigualdades naturales existen y si bien algunas pueden
corregirse, la mayor parte de ellas no se pueden eliminar. Las
desigualdades sociales también existen y, si algunas se pueden corregir e
incluso eliminar, muchas, especialmente aquellas de las cuales los
mismos individuos son responsables sólo se pueden no fomentar”.
.
.
Ahora
bien, ¿Son de derecha o izquierda algunas propuesta electorales para el
funcionamiento del mercado? Por ejemplo, combatir los monopolios u
oligopolios que encarecen los precios en perjuicio de los consumidores;
perseguir a los comerciantes que se apropian de la rebaja de aranceles y
mantiene los precios altos de la medicinas; regular los servicios
públicos para evitar los abusos en publicidad y medición del consumo,
así como, las tarifas excesivas; sancionar a los que concertan precios,
dañando efectivamente el bienestar de los consumidores; corregir la
publicidad que traslada a los consumidores la carga de “descubrir” las
restricciones con anuencia de la “autoridad”; y, proscribir a los
intermediarios que encarecen los productos del campo perjudicando a
agricultores y consumidores.
.
.
En
los últimos veinte años, los gobiernos, los reguladores y los hacedores
de política, han minimizado estos temas, bajo el argumento de que el
mercado soluciona todos los problemas y construye la distribución óptima
en la sociedad. ¿Será cierto?
.
.
Amigo
lector, escoja su lugar en el entramado político. Por mi parte, he
recordado con afecto lo que Valentín Paniagua me dijo alguna vez con
entusiasmo en el aeropuerto de Iquitos: “hay que leer a Bobbio”.
.
.
Fuente: Diario La República 15 de febreo 2011
0 comentarios:
Publicar un comentario