El texto que presentamos a continuación lo escribió César Hildebrandt el 14 de abril del 2017, vemos que nada ha cambiado en nuestro país. La corrupción está cada día peor:
VENGANZA
Y mi vida nada tiene de aburrida porque escucho la radio, que en el Perú es una concentración cuántica de la estupidez y una representación canal de nuestra decadencia intelectual. (Incluyendo toda la prensa de Celendin*)
Pobres chicos los de ahora que creen que el Congreso siempre fue el establo que es hoy y que la televisión fue toda la vida un basurero. Pobres chicos los que pueden creer que la radio fue siempre este ultraje al idioma, esta manera meliflua de ser sobón, este puterío de voces reclutadas por el billete negro.
No, chicos. El Congreso fue alguna vez un lugar donde la inteligencia se reunía, la erudición se ponía a discutir, la buena oratoria competía. Muchos congresistas de hoy no habrían servido ni para cargarle el maletín al senador Raúl Porras. O al diputado Andrés Townsend. Y ni siquiera a Celestino Manchego Muñoz, el Huancavelica o que tanto hizo por el tren macho.
Nuestro país es inexplicable, pero a veces el bombillo se nos enciende y tenemos la intuición de alguna respuesta. He llegado a creer que lo que sucede en el Perú es que los imbéciles se están vengado. Tantos años d desprecio han terminado en esta masacre de la cultura. Una tribu innumerable de Atilas mal hablados ha tomado el país en un golpe de estado silencioso y ha ocupado el escenario. De modo que en el sitio donde hablaba Valle Riestra hoy farfulla Bienvenido Ramírez. Y donde escribía Abelardo Oquendo hoy lo hace algún Perencejo sin concordancias de género y número. Y donde estaba Ricardo González Vigilancia hoy habla y recomienda Clara Elvira Ospina, a quien no le parece mal que las chicas lean a Federico Moccia o Jojo Moyes.
En este país que tuvo a Ventura García Calderón y a Chabuca Granda hoy nos resignamos a que una música digna de babuinos, decorada por traseros con vista al zoom de la cámara, llene las pantallas de la sucia televisión que autorizamos. Somos capaces de decir que Asu mare es una gran película y nos enorgullecemos de venir de una cultura grandiosa cuando lo único que sabemos de ella es que la empresa Perurail nos lleva a Macchu Picchu desde Aguas Calientes.
Los imbéciles se ha hecho poderosamente invencibles en los medios de comunicación, en las instituciones, en los partidos políticos. Donde alguna vez estuvo Manuel Prado y su educador civilismo hoy están Keiko o PPK expresando la deriva de principios que padece el conservadurismo nativo.
(...)
La venganza de los imbéciles será absoluta.
(*) El agregado es nuestro.
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