Escribe: Wilder A. Sánchez Sánchez
El viernes 13 por la noche se produjeron una serie de atentados terroristas en París que han dejado hasta el momento 132 personas muertas y más de 350 heridas. La víspera, el jueves 12, se produjeron dos atentados terroristas en la ciudad de Beirut (capital de Líbano) que dejaron un saldo de 43 muertos y 239 heridos. Tanto los atentados en Francia como los de Líbano han sido reivindicados por la organización terrorista más criminal y genocida del mundo: el mal llamado “Estado Islámico”.
Con respecto a los atentados en París, los gobiernos de muchos países y la prensa radial, escrita, televisiva y por Internet de todo el mundo occidental ha puesto el grito en el cielo y les ha dado una cobertura extraordinaria; en cambio, de los atentados en Beirut y sus centenares de víctimas pocos se han ocupado y no han recibido la atención mediática, ni el Gobierno de Líbano ha recibido las muestras de solidaridad que sí se han dado al Gobierno de Francia. Peor todavía: los numerosísimos atentados terroristas que el Frente Al Nusra, el Estado Islámico, el Ejército Libre Sirio y otros grupos genocidas vienen realizando en Siria no han merecido la cobertura ni la condena de todos los que hoy se rasgan las vestiduras por lo de París, ni mucho menos el Gobierno de Siria ha recibido ni siquiera la solidaridad de los gobiernos de las potencias capitalistas. Para los hipócritas gobernantes de los países capitalistas y para la prensa burguesa de todo el mundo, los 132 muertos de París valen más que los 250,000 muertos en Siria de los últimos 4 años y medio (cifra dada por el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en París).
Por el contrario: los regímenes imperialistas de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, las monarquías corruptas y represivas de Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Arabes Unidos, Jordania, el gobierno sionista y genocida de Israel y el régimen de Turquía – todos ellos por lo menos – están confabulados desde hace años en un complot internacional para derrocar al Gobierno de Bashar Al-Assad y desmembrar Siria a través de algunas de las organizaciones terroristas que operan en dicho país, varias de las cuales han recibido y siguen recibiendo toneladas de armas de parte de algunos de los gobiernos mencionados.
No hay plena seguridad si las masacres en Beirut y en París han sido cometidas realmente por el Estado Islámico, pues el diario palestino Al-Hayat Al-Jadida denuncia que han sido perpetradas por el Mossad (el servicio secreto de Israel) para promover los objetivos del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, entre éstos, evitar que Francia promueva en el Consejo de Seguridad de la ONU la solución de los dos Estados (uno judío y otro palestino) en los territorios palestinos ocupados militarmente por Israel. Sea como fuere, ya sea que los atentados de Beirut y de París hayan sido cometidos por el Mossad de Israel o por el mal llamado Estado Islámico, prácticamente da lo mismo, pues esta organización genocida – supuestamente de un islamismo ultra-radical – nunca ha atacado a las instalaciones o a las fuerzas militares del régimen sionista de Israel (enemigo declarado del pueblo palestino y de otros pueblos y gobiernos islámicos) y sí ha atacado y ataca, en cambio, a las instalaciones, fuerzas militares y población civil islámica de Siria, Irak y Líbano. No olvidemos que Eduard Snowden denunció hace meses que el Estado Islámico fue creado en realidad por los servicios secretos de Estados Unidos, Israel e Inglaterra mediante la estrategia llamada del “nido del avispón”.
Tampoco olvidemos que Françoise Hollande y otros funcionarios del Gobierno de Francia han estado durante mucho tiempo muy empeñosos y con total descaro promoviendo el derrocamiento del Gobierno de Bashar Al-Assad y dando su apoyo a lo que ellos llaman “rebeldes sirios moderados”. Si resultara cierto que han sido los criminales del Estado Islámico los que han perpetrado las masacres en París, entonces aquí habría que aplicar a Hollande el refrán que dice: “cría cuervos, y te sacarán los ojos”.
Françoise Hollande, Barack Obama, David Cameron, Benjamin Netanyahu y otros hipócritas que se dicen anti-terroristas, en realidad son tan terroristas como los del Estado Islámico y otros grupos; no tienen ninguna autoridad moral para ordenar bombardeos u otras intervenciones militares en Siria, violando la soberanía de ese país; ellos, sus gobiernos y sus antecesores son parte del problema y no de la solución; debe exigírseles que saquen las manos de Siria y de otros países. Debemos estar atentos, además, para rechazar una posible invasión o intervención militar de la OTAN en Siria y otros países con el pretexto de combatir el terrorismo; quizás los atentados en París hayan perseguido, en realidad, “justificar” y promover otra invasión imperialista de la OTAN.
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