Este martes 12 de mayo de 2015, los 16 celendinos que están siendo procesados por el Poder Judicial comparecerán ante el jueces en Cajamarca. En Celendín solicitaron 35 años de cárcel para todos. No es necesario estudiar leyes para saber que la acusación de SECUESTRO AGRAVADO es una exageración del ministerio público celendinio para amedrentar a los luchadores sociales y, por ende, al pueblo que defiende su dignidad. Las preguntas que nos hacemos son muy simples y desenmascaran a estos jueces que traicionan a su pueblo.: ¿Puede darse tal acusación si todo sucedió en presencia de la policía? ¿Puede llamarse secuestro agravado a la invitación hecha a una autoridad a participar en una reunión organizada por la población en su conjunto? La policía, esbirros que defienden a sangre y fuego los intereses de yanacocha, asesinaron a 5 hermanos nuestros que defendían el agua y la vida y hasta ahora, ni jueces ni fiscales, no se pronuncian? ¿Se puede llamar justicia a lo que sucede en nuestro país? ¿Qué defienden estos señores y los llamados gobernantes? Hoy, que el Ministerio Público celebra su 24 aniversario y que desfiló por la Plaza Mayor de Celendín, los invitamos a reflexionar.
A continuación la segunda parte de la historia de los que siempre gobernaron nuestra país. Las fotografías que publicamos al final son, justamente, de la ceremonia realizada en Celendín ,hoy jueves 7 de mayo de 2015. (NdlR):
José Carlos Mariátegui, peligroso comunista,
de ideas malsanas, de siniestros propósitos, antipatriota, subversivo, azuzador
de huelguistas, actuaba de perfecto acuerdo con poderosas organizaciones de la
misma índole de Francia, Centro América, Argentina. Así lo retrataba la prensa
de la época, con toda la “cafeína a raudales”. Muy similar a como la prensa
pone las cosas en la actualidad, criminalizando a quienes defienden sus
derechos y a quienes los apoyan. “Están contra la inversión”, “exageran los
daños ambientales”, “son parte de un complot de afuera”.
Mariátegui y otros peruanos y peruanas fueron
encarcelados en 1927 a pedido de la Cerro de Pasco Corporation y de la embajada
de los Estados Unidos en Lima (fue el caso de Luis E. Valcárcel y Carlos M.
Cox, que acabaron en el Frontón, o Magda Portal que fue deportada).
A Mariátegui lo encarcelarían una vez más, en
1929, acusado de ser parte de un “complot judío”, después de la huelga minera
en Morococha, también a pedido de la embajada estadounidense. Mariátegui,
cercado por la represión, con la salud debilitada, moriría pocos meses después
de este último encarcelamiento.
La represión contra Mariátegui fue producto
de la presión de Estados Unidos.
Luego, en 1930, también por presión de los
Estados Unidos, el gobierno de Sánchez Cerro disuelve la CGTP.
Víctor Mazzi Huaycucho(5) en “José Carlos Mariátegui y los trabajadores
mineros de Morococha” (6) nos cuenta sobre la detención de Mariátegui
después de la huelga de Morococha.
“Culminado el conflicto laboral el embajador norteamericano Alexander Moore y el Gerente General de la Cerro de Pasco Copper Co, Harold Kingsmill, presionan al gobierno de Augusto B. Leguía para que encarcele a diferentes intelectuales y dirigentes sindicales ligados a José Carlos Mariátegui, con la finalidad de cortar la influencia que tenía en los trabajadores mineros. Esto puede leerse en la correspondencia entre Ricardo Martinez y el trabajador minero Héctor A. Herrera:
“Los periódicos nos dan cuenta de las continuas visitas de Kingsmill al Presidente, lo cual es motivo de variados comentarios en la localidad. Unos creen que están ultimando las gestiones para el esperado aumento, y que el Presidente, llevado de su espíritu de protección a los obreros, está presionando al gerente de alguna forma, pero los que apreciamos mejor la realidad creemos, más bien, que Kingsmill está haciendo todo lo posible para no dar un centavo a nadie, y que el Presidente, quiera o no quiera, tendrá que aceptar sus condiciones, y tendrá, asimismo, que apresurarse a rodear de mayores garantías a la propiedad y a las preciosas vidas de los amigos norteamericanos.
Las visitas que realizó Harold Kingsmill al presidente Augusto B. Leguía fueron para ultimar detalles sobre la desarticulación de los líderes sindicales y políticos de Lima, y cortar sus vínculos con los mineros de Morococha. Una gran redada policial se desarrolló el lunes 11 de noviembre de 1929, con la detención de José Carlos Mariátegui y un grupo de intelectuales cercanos a la revista Amauta. El gobierno Leguiista, a través de su ministro de Gobierno, Benjamín Huamán de los Heros lanzó la acusación del "Complot comunista" con la intención de desactivar al naciente Partido Socialista, tal como denuncia el mismo José Carlos Mariátegui en una carta dirigida a César A. Miró Quesada:
"Mi casa es designada como el centro de la conspiración. Se me atribuye especial participación en la agitación de los mineros de Morococha, que en reciente huelga, que ha alarmado mucho a la empresa norteamericana, han obtenido el triunfo de varias de sus reinvindicaciones, entre otras las de su derecho a sindicalizarse. El gobierno acaba de obligar a los obreros a renunciar al aumento que gestionaban y se teme que nosotros defendamos e incitemos a los obreros a la resistencia"
César A. Miró Quesada no es otro que César Miró, autor del vals "Todos vuelven".
Arguedas: "Y por qué nos mandan a esos?"
Continuará...
Continuará...
Desfile en aniversario del Ministerio Público en Celendín
¿Continuarán nuestras autoridades caminando de espaldas a su pueblo? ¿Quién o quiénes tuercen el brazo a la justicia en Celendín?
Fotografías: Chungo y batán.
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