Edición 2211 |
Planta de tratamiento de agua potable de Cajamarca es prueba ácida del impacto de la minería en fuentes hídricas.
El Milagro se llama la planta de tratamiento de agua potable de la ciudad de Cajamarca. Está ubicada a 6 kilómetros de la urbe y ahora es custodiada por efectivos militares.
“Estamos en una posición vulnerable, pues estamos en la encrucijada entre la supuesta contaminación del agua y la población”, dice el gerente general de Sedacaj, Juan Rafael Felipe Díaz.
La principal fuente de abastecimiento de agua de El Milagro es el río Grande, que nace en la quebrada de Hornero.
O nacía.
La operación minera en Yanacocha ha removido montañas en las alturas a ritmo de dinamitazos y bulldozers y la naciente se ha convertido en cuatro tubos que vierten aguas procesadas al cauce.
“El río Grande es un afluente industrial”, describe Díaz.
La producción de oro de Yanacocha se basa en la aplicación de solución cianurizada para rescatar el metal en grandes canchas de lixiviación.
Un circuito cerrado permite a la mina reutilizar los volúmenes de agua, pero los saldos son vertidos al río Grande, previamente tratados con cal para neutralizar el cianuro.
La cal eleva el nivel de alcalinidad de las aguas y El Milagro debe liar con indicadores de Ph erráticos.
El nitrógeno amoniacal es un subproducto de la cianurización cuya presencia también es controlada en El Milagro.
Más preocupante es la generación de trihalometanos por efectos del cloro que también se usa, y que son agentes cancerígenos. Desde enero de este año, Sedacaj monitorea quincenalmente la presencia de trihalometanos en la fuente de agua por orden de la SUNASS.
“A la fecha la presencia de trihalometanos no ha superado los límites máximos permisibles”, asegura Díaz. “Pero nosotros debemos actuar preventivamente”.
Cajamarca concentra el 18% de la cartera de inversiones mineras proyectadas a nivel nacional.
A su vez, el río Grande lleva una alta carga mineralizada. Los valores de aluminio y fierro suelen superar los límites permisibles.
Un laboratorio atómico en El Milagro permite detectar las trazas de metal pesado. Se mantiene un ojo atento a la presencia de arsénico, cadmio, cobre, manganeso o sodio que hasta el momento no supera los límites máximos permisibles.
La mineralización de las aguas del río Grande se incrementa al atravesar el cauce terrenos removidos por la actividad minera.
Pero en El Milagro el uso de coagulantes elimina los peligros, y provee a Cajamarca de agua sana y pura, asegura Díaz.
“El nivel de turbidez del agua es el indicador clave”, dice Díaz. En la bocatoma de salida del agua potable, un aparato digital marca el grado de turbidez del agua el miércoles 7 pasado: 0.042 unidades. El límite máximo permisible establecido por la Organización Mundial de la Salud es 5 unidades.
“Nosotros estamos cumpliendo”, dice Díaz. “Pero exigimos a Yanacocha ayudar a repotenciar la planta. Total, ¿quién estuvo primero? ¿Sedacaj o Yanacocha?”, razona.
La planta de tratamiento de El Milagro se construyó en 1980 y no fue diseñada para lidiar con metales pesados ni agentes químicos perniciosos.
“Debido a la experiencia de nuestros operarios lo hemos logrado”, explica Díaz. “Por ahora”.
Díaz asumió la gerencia de Sedacaj en noviembre pasado. Fue el director ejecutivo de Salud Ambiental en el gobierno regional anterior.
Reclama una “solución holística” para atender el problema de cantidad y calidad del agua de la ciudad de Cajamarca.
VERTIENTE CONGALa planta de El Milagro es la prueba madre del futuro de Conga, el polémico yacimiento de oro y cobre ubicado a 24 kilómetros de Yanacocha.
Si la minería es buena para la economía o una amenaza para el medio ambiente, o los dos, es materia de intenso debate.
El proyecto de Minas Conga está ubicado sobre la cabecera de cinco microcuencas que desembocan a las provincias de Cajamarca, Celendín, y los distritos de Huasmín, Sorochuco y La Encañada.
Las provisiones futuras de agua potable para la ciudad de Cajamarca nacen en estas alturas.
Según Newmont Mining, socia de Minera Buenaventura en Minas Conga, se han realizado estudios hidrológicos por más de 10 años en la zona. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) consiste en 17,000 páginas.
El gobierno ha anunciado que someterá el EIA a un peritaje internacional.
El flamante ministro de Medio Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, dijo que el autor del peritaje deberá ser asignado en mesa de negociación con las autoridades regionales, “para que sea creíble. Si el gobierno lo hiciera sería una imposición”, dijo.
ULTRAS Y CUENCAS
El gobierno regional de Cajamarca presidido por Gregorio Santos, de Patria Roja, ha emitido una ordenanza declarando inviable el proyecto Conga.
Según el vicepresidente regional, César Aliaga, “es nuestra convicción de que no se puede desarrollar minería en la cabecera de ríos”.
Ese criterio proscribiría un 80% de los proyectos mineros en Cajamarca.
Resulta que Minas Conga es parte de una vasta franja mineralizada a la que se suman los proyectos mineros de Michiquillay y Galeno. En otra vertiente, pero también en alturas calificadas como cabecera de cuenca, se ubicn La Zanja y Cerro Corona.
Ninguno de estos prospectos mineros tiene las dimensiones de Conga, pero comprometen el resto del ecosistema en disputa.
No es necesario ser ultra de Patria Roja para que el impacto de la explotación de recursos naturales en las fuentes hídricas llame a preocupación.
DE CAJAMARCA A PENNSYLVANIA
También en el estado de Pennsylvania, EE.UU., la polémica alrededor de la explotación de los yacimientos de gas Marcellus Shale y la inquietud sobre la contaminación de fuentes de agua subterráneas, empieza a adquirir ribetes cajamarquinos.
Ya se han perforado 1,600 pozos y crece el escepticismo sobre los Estudios de Impacto Ambiental también allá.
“Los esfuerzos por zanjar la discusión en base a la ciencia se han visto obstaculizados por la escasez de financiamiento, data insuficiente y acusaciones de investigaciones sesgadas”, reportó esta semana la emisora National Public Radio (www.nrp.gob / pa)
La Universidad de Pennsylvania recibe financiamiento de los operadores de gas y sus conclusiones están en entredicho.
Las empresas de gas dicen que la prueba de que están tan preocupados por el medio ambiente como todos es que voluntariamente dejaron de evacuar sus afluentes industriales a las plantas de tratamiento de agua urbanas, no preparadas para ello, el año pasado.
Al norte y el sur del Trópico de Cáncer, se reproducen casos como El Milagro.( Escribe: Marco Zileri)
El Milagro se llama la planta de tratamiento de agua potable de la ciudad de Cajamarca. Está ubicada a 6 kilómetros de la urbe y ahora es custodiada por efectivos militares.
“Estamos en una posición vulnerable, pues estamos en la encrucijada entre la supuesta contaminación del agua y la población”, dice el gerente general de Sedacaj, Juan Rafael Felipe Díaz.
La principal fuente de abastecimiento de agua de El Milagro es el río Grande, que nace en la quebrada de Hornero.
O nacía.
La operación minera en Yanacocha ha removido montañas en las alturas a ritmo de dinamitazos y bulldozers y la naciente se ha convertido en cuatro tubos que vierten aguas procesadas al cauce.
“El río Grande es un afluente industrial”, describe Díaz.
La producción de oro de Yanacocha se basa en la aplicación de solución cianurizada para rescatar el metal en grandes canchas de lixiviación.
Un circuito cerrado permite a la mina reutilizar los volúmenes de agua, pero los saldos son vertidos al río Grande, previamente tratados con cal para neutralizar el cianuro.
La cal eleva el nivel de alcalinidad de las aguas y El Milagro debe liar con indicadores de Ph erráticos.
El nitrógeno amoniacal es un subproducto de la cianurización cuya presencia también es controlada en El Milagro.
Más preocupante es la generación de trihalometanos por efectos del cloro que también se usa, y que son agentes cancerígenos. Desde enero de este año, Sedacaj monitorea quincenalmente la presencia de trihalometanos en la fuente de agua por orden de la SUNASS.
“A la fecha la presencia de trihalometanos no ha superado los límites máximos permisibles”, asegura Díaz. “Pero nosotros debemos actuar preventivamente”.
Cajamarca concentra el 18% de la cartera de inversiones mineras proyectadas a nivel nacional.
A su vez, el río Grande lleva una alta carga mineralizada. Los valores de aluminio y fierro suelen superar los límites permisibles.
Un laboratorio atómico en El Milagro permite detectar las trazas de metal pesado. Se mantiene un ojo atento a la presencia de arsénico, cadmio, cobre, manganeso o sodio que hasta el momento no supera los límites máximos permisibles.
La mineralización de las aguas del río Grande se incrementa al atravesar el cauce terrenos removidos por la actividad minera.
Pero en El Milagro el uso de coagulantes elimina los peligros, y provee a Cajamarca de agua sana y pura, asegura Díaz.
“El nivel de turbidez del agua es el indicador clave”, dice Díaz. En la bocatoma de salida del agua potable, un aparato digital marca el grado de turbidez del agua el miércoles 7 pasado: 0.042 unidades. El límite máximo permisible establecido por la Organización Mundial de la Salud es 5 unidades.
“Nosotros estamos cumpliendo”, dice Díaz. “Pero exigimos a Yanacocha ayudar a repotenciar la planta. Total, ¿quién estuvo primero? ¿Sedacaj o Yanacocha?”, razona.
La planta de tratamiento de El Milagro se construyó en 1980 y no fue diseñada para lidiar con metales pesados ni agentes químicos perniciosos.
“Debido a la experiencia de nuestros operarios lo hemos logrado”, explica Díaz. “Por ahora”.
Díaz asumió la gerencia de Sedacaj en noviembre pasado. Fue el director ejecutivo de Salud Ambiental en el gobierno regional anterior.
Reclama una “solución holística” para atender el problema de cantidad y calidad del agua de la ciudad de Cajamarca.
VERTIENTE CONGALa planta de El Milagro es la prueba madre del futuro de Conga, el polémico yacimiento de oro y cobre ubicado a 24 kilómetros de Yanacocha.
Si la minería es buena para la economía o una amenaza para el medio ambiente, o los dos, es materia de intenso debate.
El proyecto de Minas Conga está ubicado sobre la cabecera de cinco microcuencas que desembocan a las provincias de Cajamarca, Celendín, y los distritos de Huasmín, Sorochuco y La Encañada.
Las provisiones futuras de agua potable para la ciudad de Cajamarca nacen en estas alturas.
Según Newmont Mining, socia de Minera Buenaventura en Minas Conga, se han realizado estudios hidrológicos por más de 10 años en la zona. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA) consiste en 17,000 páginas.
El gobierno ha anunciado que someterá el EIA a un peritaje internacional.
El flamante ministro de Medio Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, dijo que el autor del peritaje deberá ser asignado en mesa de negociación con las autoridades regionales, “para que sea creíble. Si el gobierno lo hiciera sería una imposición”, dijo.
ULTRAS Y CUENCAS
El gobierno regional de Cajamarca presidido por Gregorio Santos, de Patria Roja, ha emitido una ordenanza declarando inviable el proyecto Conga.
Según el vicepresidente regional, César Aliaga, “es nuestra convicción de que no se puede desarrollar minería en la cabecera de ríos”.
Ese criterio proscribiría un 80% de los proyectos mineros en Cajamarca.
Resulta que Minas Conga es parte de una vasta franja mineralizada a la que se suman los proyectos mineros de Michiquillay y Galeno. En otra vertiente, pero también en alturas calificadas como cabecera de cuenca, se ubicn La Zanja y Cerro Corona.
Ninguno de estos prospectos mineros tiene las dimensiones de Conga, pero comprometen el resto del ecosistema en disputa.
No es necesario ser ultra de Patria Roja para que el impacto de la explotación de recursos naturales en las fuentes hídricas llame a preocupación.
DE CAJAMARCA A PENNSYLVANIA
También en el estado de Pennsylvania, EE.UU., la polémica alrededor de la explotación de los yacimientos de gas Marcellus Shale y la inquietud sobre la contaminación de fuentes de agua subterráneas, empieza a adquirir ribetes cajamarquinos.
Ya se han perforado 1,600 pozos y crece el escepticismo sobre los Estudios de Impacto Ambiental también allá.
“Los esfuerzos por zanjar la discusión en base a la ciencia se han visto obstaculizados por la escasez de financiamiento, data insuficiente y acusaciones de investigaciones sesgadas”, reportó esta semana la emisora National Public Radio (www.nrp.gob / pa)
La Universidad de Pennsylvania recibe financiamiento de los operadores de gas y sus conclusiones están en entredicho.
Las empresas de gas dicen que la prueba de que están tan preocupados por el medio ambiente como todos es que voluntariamente dejaron de evacuar sus afluentes industriales a las plantas de tratamiento de agua urbanas, no preparadas para ello, el año pasado.
Al norte y el sur del Trópico de Cáncer, se reproducen casos como El Milagro.( Escribe: Marco Zileri)
1 comentarios:
El llamado peritaje internacional deberà ser desiganado por la las partes en conflicto, caso contrario, si el gobierno o Yanacocha lo van a designar unilateralmente, serìa màs notorio aùn, el conflicto de intereses.
El peritaje es necesario para convencer a los aùn incrèdulos. Y, si èste es hecho por una consultora seria, independiente, veràz y de prestigio; las conclusiones tendrìan que decir lo mismo que las observaciones del Ministerio del Ambiente: Que CONGA ES INVIABLE, en caso contrario, estarìamos ante un escàndalo mayùsculo.
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