Por: Antonio Collantes Zegarra
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El recuerdo me retrotrae a ‘revisar’ la importancia y trascendencia de algunas expresiones que aparentemente aún se emiten de manera espontanea, debiendo haber quedado en el pasado y que, como es de esperar, generan resentimientos y reclamos en algunos ciudadanos de procedencia urbana y rural de nuestro distrito; más aún, cuando se pretende a través de estas exlamaciones, esteriotipar el status socio-cultural de las personas en un afan instintivo o racional de marginación ciudadana.
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Las 'Jalcas' como las Yungas de Sucre (El criollo, Cantange, Tuyunga, Balzas,Hawai e inclusive Tupén) han constituido escenarios estratégicos desde el punto de vista de la seguridad alimentaria durante gran parte de nuestra vida colonial y republicana. Los altos niveles de riesgo climático de la agricultura en el valle de Sucre, que tambièn los hay en la 'Jalca', debido a las inundaciones y/o heladas estacionales hacía imperioso derivar recursos y desarrollar estrategias para acceder a los pisos ecológicos con menos riesgos para practicar la agricultura. Desde este punto de vista la 'JALCA', en tanto proceso socio-económico se covierte en una categoría histórica y sociológica que representa, además de su contribución al abastecimiento alimentario, un factor de identidad territorial y económica.
Quienes se proyectaron hacia estas ('Jalcas'), en muchos casos se habrieron paso enfrentando algunas pretensiones gamonales de coptación y sometimiento para luego en base a su esfuerzo colonizador hacer de la 'Jalca' un factor de ascenso económico en colaboracion con la expansión de PERULAC. Es posible también que algunos Sucrences (semi hacendados) hayan recurrido al servilismo como mecanismo de enriquecimiento y segregación social, pero no ha sido la característica moral de la mayoría de los que se embarcaron a la conquista de las 'Jalcas' de nuestro distrito.Con el transcurrir del tiempo nos daríamos cuenta además que el acceso a nuestras 'Jalcas' nos permitió desarrollar las primeras prácticas exploratorias en relación con el origen de nuestra principal fuente de agua (manantial de la Quintilla) las que deben retomarse con cierta prioridad y con los equipos modernos de diagnóstico y evaluación de fuentes de agua subterránea acompañado del criterio y/o enfoque de manejo de nuestras cuencas altas. Los esfuerzos poco técnicos (casi artesanales) que se efectuaron con colorantes a partir de uno de los ‘tragaderos’ de Tincat nunca nos brindaron certeza de la procedencia de las aguas de la Quintilla. Junto al combate a las inequidades socioeconómicas, las comunidades prósperas modernas se preocupan por garantizar la seguridad hídrica, alimentaria y energética; si bien es cierto que a nivel nacional, menos regional y provincial no constituyen temas de agenda, esto no excluye la posibilidad que en Sucre se inicie un proceso de discusión en torno a estos aspectos estratégico para su sobrevivencia futura.
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Quienes se proyectaron hacia estas ('Jalcas'), en muchos casos se habrieron paso enfrentando algunas pretensiones gamonales de coptación y sometimiento para luego en base a su esfuerzo colonizador hacer de la 'Jalca' un factor de ascenso económico en colaboracion con la expansión de PERULAC. Es posible también que algunos Sucrences (semi hacendados) hayan recurrido al servilismo como mecanismo de enriquecimiento y segregación social, pero no ha sido la característica moral de la mayoría de los que se embarcaron a la conquista de las 'Jalcas' de nuestro distrito.Con el transcurrir del tiempo nos daríamos cuenta además que el acceso a nuestras 'Jalcas' nos permitió desarrollar las primeras prácticas exploratorias en relación con el origen de nuestra principal fuente de agua (manantial de la Quintilla) las que deben retomarse con cierta prioridad y con los equipos modernos de diagnóstico y evaluación de fuentes de agua subterránea acompañado del criterio y/o enfoque de manejo de nuestras cuencas altas. Los esfuerzos poco técnicos (casi artesanales) que se efectuaron con colorantes a partir de uno de los ‘tragaderos’ de Tincat nunca nos brindaron certeza de la procedencia de las aguas de la Quintilla. Junto al combate a las inequidades socioeconómicas, las comunidades prósperas modernas se preocupan por garantizar la seguridad hídrica, alimentaria y energética; si bien es cierto que a nivel nacional, menos regional y provincial no constituyen temas de agenda, esto no excluye la posibilidad que en Sucre se inicie un proceso de discusión en torno a estos aspectos estratégico para su sobrevivencia futura.
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Junto a estos proyectos y, como no podía dejar de suceder, se ensancharon las relaciones sociales y familiares que motivaron el flujo importante de familias desde las 'Jalcas' de Piobamba, La Quinua, Calconga acompañado de un auge histórico de la calidad educativa en Sucre. Este fenómeno lo vivencié directamente durante las décadas del 60 y 70 del siglo pasado, siendo estudiante en la escuela Andrés Mejía Zegarra y en el colegio San José de Sucre.
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No sólo nos visitaban estudiantes de la 'Jalca,' sino también de distritos vecinos como Oxamarca, Jorge Chávez y José Gálvez y en nuestras escuelas y colegio nunca se advirtió una señal de exclusión al 'Jalqueño', Oxamarquino, Macasino, Chaquilino, otros. Tengo el vivo recuerdo aún del colectivo de estudiantes Macashinos que nos dieron muchas alegrías en el campo deportivo y académico; la celebración espontánea de sus maestros (posteriormente los míos) al enterarce que su alumno Carbajal Sánchez (macashino) ingresó en los primeros puestos de la facultad de medicina para luego trasladarse a Ing Civil en la UNC. Vivo también el recuerdo de Arnaldo Carmona, Oxamarquino de procedencia, vivaz e inteligente que encontró en su colegio y barrio y en todos los rincones de Sucre los espacios de apertura e integración alcanzando incluso liderazgo artístico, deportivo y académico.
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Ni que decir de los hijos de un importante número de familias de apellidos Delgado, Torres, Camacho, Bacón, Collantes, Chávez, Malaver con fuerte identidad 'Jalqueña' que nunca hemos sentido el rechazo o la animadversión de los exclusivamente citadinos. Los Centros Educativos de Sucre estaban muy lejos de ser el ‘Colegio’ de Paco Yunque, eran integracionistas (incluyentes) imbuidos del espíritu de la excelencia, materializado esto último, en los logros generados por Carmona, EL Maceta, Fidel Chávez, Ernesto Sánchez, Oscar Velásquez, Leoncio Reyna, Alberto Horna, entre otros. No se puede confundir como parte de un proyecto cultural excluyente las actitudes caprichosas (necias en más de una ocasión) de los hijos de algunos maestros nuestros, que luego de hacer su palomillada no eran sancionados.
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Es cierto que en el ejercicio de la política hemos tenido nuestros picos máximos como el representado por Clodomiro Chávez, en el Congreso de la República y el de Felipe Nery Zegarra en el gobierno edil, alcanzados con amplio respaldo popular a los que correspondieron con honradez y desempeño eficiente, en ambas instancias. Pero también se dieron experiencias negativas expresadas en la intolerancia de un sector minoritario que forzó el retiro de Felipe Nery, no por 'Jalqueño' sino por el solo hecho de pensar diferente y gestionar el gobierno local con participación vecinal; aquí empieza el punto de quiebre en el gobierno local, de un período con estilo propio apabullado por las influencias familiares expresado en los conocidos casos de alcaldes que se turnaban entre cuñados,amigos, e hijos y ultimamente los sorpresivos alcaldes elegidos por ‘influencia rural’. En honor a la verdad, creo que siempre ha sido el Campo quien ha decidido electoralmente el arribo de los alcaldes en Sucre. La diferencia de ahora es que los candidatos ya no son exclusivamente citadinos y el ciudadano y elector rural busca con justicia mayor presencia en la toma de decisiones del gobierno local.
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El auge contemporáneo de las 'Jalcas' influenciado por PERULAC y GLORIA ha trastocado la estructura de producción de estas, empujando a la especialización productiva de pastos y, al mismo tiempo, todo proyecto de articulación económica con Sucre e incluso con Celendín, creando nuevas expectativas sociales que rebazaban o no se podían cumplir con la residencia distrital y/o provincial. Se ha convertido en la externalidad que ha provocado la mayor influencia de migración de la población de las 'Jalcas' y ahora, junto a la minería se están convirtiendo en las externalidades que no sólo amenanzan la pérdida de población electoral y la desarticulación económica, sino que además el desmembramiento territorial de nuestro distrito. No tengo memoria de haber escuchado que en Sucre se promueva (oficialice o legitime con el silencio) la exclusión ni la separación de coletivos de 'Jalca.' Es esta dinámica socioeconómica (inciada con la especialización pecuaria) la que de manera directa e indirecta viene provocando el desarraigo social, económico y cultural de nuestras poblaciones de la 'Jalca' acompañado de un escenso socioeconómico histórico.
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Mientras cursaba mis estudios universitarios en Cajamarca, promovimos la Asociación de residentes Sucrenses en esa ciudad; para entonces, ya habían algunas familias de nuestras 'Jalcas' que optaron por residir en Cajamarca; sin embargo, su acercamiento a nuestra Asociación fue todavía muy débil. Como en Lima (MUS) o Trujillo y Cajamarca, las Asociaciones constituyen verdaderos espacios de encuentro y recreación histórico-costumbrista; constituyen colectivos con mucho potencial que siempre opinaron y reclamaron mayor participación ciudadana a favor de Sucre. En la última fiesta del carnaval en el MUS, que lo disfruté con mucha efusividad, constaté la concurrencia masiva de paisanos de Calconga, Crusconga, Oxamarca, José Gávez y Celendín. Feliz coincidencia o un proceso antiguo de integración entre los ciudadanos de Jalca y de la ciudad, cuyo potencial no lo sabemos aporvechar.
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Los futuros gobernantes de nuestro distrito deberán aperturar un espacio de participación para estos colectivos como demostración de una administración bien intencionada, transparente y como contribución a nuevas formas democráticas en la vida política de Sucre. Creo que gran parte de la solución a los desaciertos recurrentes en la administración del gobierno local pasan necesariamente por generar nuevos mecanismos de representación democrática a parte de los formales (CCL, mesa de concertación, otros) que podría empezar por reamimar el FRENTE CIVICO o FRENTE de DEFENSA y esta vez con la representación adicional de los colectivos de Cajamarca, Trujillo, Lima y otras ciudades del país, alli donde existan.
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