He aprendido que el dinero es un pésimo indicador del valor de algo o alguien.
He aprendido que no puedo hacer que alguien me quiera, sólo convertirme en alguien a quien se pueda querer, el resto depende de los otros.
He aprendido que a veces las personas que creo que me van a patear cuando estoy caído, son aquellas que me ayudan a levantar, y aquellas que creo que me van a levantar, son las que me patean.
He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparán por mí.
He aprendido que se puede requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.
He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas que tengo a mi alrededor, si no las personas que están a mi alrededor.
He aprendido que no puedo compararme con lo mejor que hacen los demás, si no con lo mejor que puedo hacer yo.
He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante, y que pueden ocasionar dolor durante toda una vida.
He aprendido que si no controlo mis actitudes, ellas me controlarán a mí.
He aprendido que los héroes son las personas que hacen aquello de lo que están convencidos, a pesar de las consecuencias.
He aprendido que aprender a perdonar requiere mucha práctica.
He aprendido que simplemente porque alguien no me ama de la misma manera que yo quisiera, no significa que no me ame a su manera.
He aprendido que la “madurez” tiene más que ver con las experiencias que he tenido y aquello que he aprendido de ellas, que con el número de años cumplidos.
He aprendido que no siempre es suficiente se perdonado por los otros; a veces tengo que perdonarme a mí mismo.
He aprendido que por bueno que sea el “buen amigo”, tarde o temprano me voy a sentir lastimado por él y debo saber perdonarlo por ello.
He aprendido que por más fuerte que sea mi duelo, el mundo no se detiene por mi dolor.
He aprendido que porque dos personas discuten, no significa que no se amen, y simplemente porque dos personas no discutan, no significa que se amen.
He aprendido que no tengo que cambiar de amigos, si comprendo que los amigos cambian.
He aprendido que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo totalmente diferente.
He aprendido que aunque a veces me sienta solo y abandonado, Dios siempre estará conmigo.
He aprendido que no puedo hacer que alguien me quiera, sólo convertirme en alguien a quien se pueda querer, el resto depende de los otros.
He aprendido que a veces las personas que creo que me van a patear cuando estoy caído, son aquellas que me ayudan a levantar, y aquellas que creo que me van a levantar, son las que me patean.
He aprendido que por mucho que me preocupe por los demás, muchos de ellos no se preocuparán por mí.
He aprendido que se puede requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla.
He aprendido que lo que verdaderamente cuenta en la vida, no son las cosas que tengo a mi alrededor, si no las personas que están a mi alrededor.
He aprendido que no puedo compararme con lo mejor que hacen los demás, si no con lo mejor que puedo hacer yo.
He aprendido que hay cosas que puedo hacer en un instante, y que pueden ocasionar dolor durante toda una vida.
He aprendido que si no controlo mis actitudes, ellas me controlarán a mí.
He aprendido que los héroes son las personas que hacen aquello de lo que están convencidos, a pesar de las consecuencias.
He aprendido que aprender a perdonar requiere mucha práctica.
He aprendido que simplemente porque alguien no me ama de la misma manera que yo quisiera, no significa que no me ame a su manera.
He aprendido que la “madurez” tiene más que ver con las experiencias que he tenido y aquello que he aprendido de ellas, que con el número de años cumplidos.
He aprendido que no siempre es suficiente se perdonado por los otros; a veces tengo que perdonarme a mí mismo.
He aprendido que por bueno que sea el “buen amigo”, tarde o temprano me voy a sentir lastimado por él y debo saber perdonarlo por ello.
He aprendido que por más fuerte que sea mi duelo, el mundo no se detiene por mi dolor.
He aprendido que porque dos personas discuten, no significa que no se amen, y simplemente porque dos personas no discutan, no significa que se amen.
He aprendido que no tengo que cambiar de amigos, si comprendo que los amigos cambian.
He aprendido que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo totalmente diferente.
He aprendido que aunque a veces me sienta solo y abandonado, Dios siempre estará conmigo.
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