Me abruma la enormidad de las exigencias de la paternidad, Señor, si no te tuviera constantemente a mi lado, mis esfuerzos serían en vano. Te alabo por ser la fuente de todo gozo, victoria, dignidad personal y gratitud en mi vida.
Ayúdame Padre, a inculcar en mis hijos sentimientos saludables de valor personal, aunque los míos a veces se ecuentren muy bajos. Concédeme la habilidad de estimular sus buenas cualidades con expresiones de aprecio y palabras de ánimo.
Sujeta mi lengua, cuando debería estar escuchando en lugar de hablar.
Quiero estar listo para escuchar cuando me necesitan. No permitas que los reprenda innecesariamente, ni que emplee un tono de voz áspero cuando los discipline. Dame paciencia todos los días para ayudarles a formar un carácter recto y una actitud responsable. Concédeme sabiduría para acceder a sus deseos razonables y valor para negar los pedidos de cosas que podrían perjudicarlos.
Que una sonrisa ilumine mi rostro cada día. Que la felicidad y la risa llenen nuestro hogar. Concédeme la habilidad para reconocer cuándo debo dejar de lado el trabajo para disfrutar de experiencias que se presentan en forma inesperada. Confío en que me ayudarás a atesorar recuerdos agradables y tradiciones familiares para el futuro.
Perdóname por los numerosos errores y fracasos cometidos en el pasado.
Quita de mí todo sentimiento de culpa, enojo o resentimiento que podría perjudicar mi relación con mis hijos.
Ayúdame a manifestar amor por mis hijos desde sus tiernos años y durante toda la vida, para que conozcan lo que es el amor, por haberlo experimentado en nuestro hogar.
Mis hijos también sos tus hijos, Padre. Los encomiendo en tus manos poderosas. Que el ejemplo que doy a tu servicio inspire amor en ellos y el deseo de servirte para siempre.
Ayúdame Padre, a inculcar en mis hijos sentimientos saludables de valor personal, aunque los míos a veces se ecuentren muy bajos. Concédeme la habilidad de estimular sus buenas cualidades con expresiones de aprecio y palabras de ánimo.
Sujeta mi lengua, cuando debería estar escuchando en lugar de hablar.
Quiero estar listo para escuchar cuando me necesitan. No permitas que los reprenda innecesariamente, ni que emplee un tono de voz áspero cuando los discipline. Dame paciencia todos los días para ayudarles a formar un carácter recto y una actitud responsable. Concédeme sabiduría para acceder a sus deseos razonables y valor para negar los pedidos de cosas que podrían perjudicarlos.
Que una sonrisa ilumine mi rostro cada día. Que la felicidad y la risa llenen nuestro hogar. Concédeme la habilidad para reconocer cuándo debo dejar de lado el trabajo para disfrutar de experiencias que se presentan en forma inesperada. Confío en que me ayudarás a atesorar recuerdos agradables y tradiciones familiares para el futuro.
Perdóname por los numerosos errores y fracasos cometidos en el pasado.
Quita de mí todo sentimiento de culpa, enojo o resentimiento que podría perjudicar mi relación con mis hijos.
Ayúdame a manifestar amor por mis hijos desde sus tiernos años y durante toda la vida, para que conozcan lo que es el amor, por haberlo experimentado en nuestro hogar.
Mis hijos también sos tus hijos, Padre. Los encomiendo en tus manos poderosas. Que el ejemplo que doy a tu servicio inspire amor en ellos y el deseo de servirte para siempre.
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