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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

jueves, 14 de junio de 2012

CONCEPTOS EN MANEJO DE CUENCAS


A propósito, algo para los que piensan que la cuenca
 es para ir a sacar el agua de ella con baldes.
 
En el presente numeral se considera una serie de definiciones establecidas en un trabajo de Tesis del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza Tropical Agricultural Research and Higher Education Center, Programa de educación para el desarrollo y la conservación, Manejo del recurso hídrico y estrategias para su gestión en la micro cuenca Mijitayo, Pasto Colombia, cuyos textos sobre lo que es una cuenca hidrográfica, la cuenca como sistema, su importancia y su relación con el agua, nos permitimos exponer a continuación.
¿Qué es una cuenca hidrográfica?

Una cuenca hidrográfica es un área en la que el agua proveniente de la precipitación forma un curso principal de agua, se define también como la unidad fisiográfica conformada por el conjunto de los sistemas de cursos de agua definidos por el relieve.

Los límites de la cuenca o “divisoria de aguas” se definen naturalmente y corresponden alas partes más altas del área que encierra un río (Ramakrishna, 1997). La cuenca, sus recursos naturales y sus habitantes poseen condiciones físicas, biológicas, sociales y culturales que le confieren características particulares. El objetivo se orienta a usar la cuenca como captadora de agua para diferentes fines, principalmente para consumo humano y para reducir el impacto de la escorrentía protegiendo así zonas vulnerables cerca de pendientes o cauces. Los proyectos más recientes de manejo de cuenca enfatizan cada vez más la necesidad de mejorar la calidad del agua y no sólo la cantidad y tiempo de descarga (Dourojeanniet al ,2002).

La cuenca, sea en forma independiente o interconectada con otras, es reconocida como la unidad territorial más adecuada para la gestión integrada de los recursos hídricos(Dourojeanni y Jouravlev, 2002).Una cuenca es una depresión en la superficie de la tierra, un valle rodeado de alturas. El término cuenca hidrográfica tiene un sentido más amplio, siendo una parte de la superficie terrestre cuyas aguas fluyen hacia un mismo río o lago. La suma de las cuencas hidrográficas de todos los ríos que desembocan en un mismo mar constituye la vertiente de dicho mar.

Una cuenca tiene tres partes:

Cuenca alta, que corresponde a la zona donde nace el río, el cual se desplaza por una gran pendiente.

Cuenca media, la parte de la cuenca en la cual hay un equilibrio entre el material sólido que llega traído por la corriente y el material que sale. Visiblemente no hay erosión.

Cuenca baja, la parte de la cuenca en la cual el material extraído de la parte alta se deposita en lo que se llama cono de deyección.

Divisoria de aguas. La divisoria de aguas es una línea imaginaria que delimita la cuenca hidrográfica. Una divisoria de aguas marca el límite entre una cuenca hidrográfica y las cuencas vecinas. El agua precipitada a cada lado de la divisoria desemboca generalmente en ríos distintos.

La cuenca como sistema

En enfoque sistémico significa que la cuenca es un todo, funcionalmente indivisible e independiente, en el que interactúan en el tiempo y en el espacio los subsistemas social, cultural, económico político, legal, institucional, tecnológico, productivo, biológico, y físico. También implica la interacción e interconexión entre la parte alta, media y baja o costero marina de la cuenca, la propuesta de opciones de manejo y gestión basada en el análisis participativo de los problemas sus causas y consecuencias, así como el aprovechamiento racional de sus potencialidades y el reconocimiento del agua como elemento integrador (Jiménez, 2005). Dentro de este enfoque existen varios elementos importantes tales como: proteger y conservar, restaurar y crear, comprender manejar yoperar (García, s.f).

Importancia de las cuencas hidrográficas.

Las cuencas hidrográficas, también conocidas como zonas de captación son cruciales para el ciclo del agua, ya que son las unidades del paisaje donde se junta toda el agua de superficie y está disponible para su uso. Por lo tanto, tiene sentido que las decisiones estratégicas sobre la gestión del agua se deben tomar a nivel de cuencas.


El agua, es fundamental para la seguridad ambiental, social y económica, que permite fortalecer el desarrollo humano y al mismo tiempo satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad para que generaciones futuras satisfagan las propias(UICN, 2000). Por lo tanto, todos somos responsables por su custodia.

La participación pública en la planificación y el manejo de los recursos hídricos es un objetivo importante para determinar las necesidades y preocupaciones de todos los usuarios del agua en donde una colaboración efectiva entre los organismos y la población local aumenta las posibilidades de instituir planes eficaces de manejo de las cuencas hidrográficas (Ramsar, 2004).

Para una participación real se necesita de una sociedad bien informada, con conocimientos claros sobre la problemática ambiental, y sus consecuencias en su calidad de vida (Menahem, F; 2004). Permitiendo formar parte del proceso de toma de decisiones esto puede ocurrir directamente cuando las comunidades locales se juntan para llevar acabo la elección de sistemas de provisión, la administración y el uso del agua (GWP,TAC; 2000).

La participación es un elemento que permite integrar a los actores de la sociedad y generar mecanismos de vinculación entre quienes viven en las partes altas, medias y bajas de las cuencas, así como abrir espacios de negociación con otros grupos de interés y el gobierno, impulsando modelos de políticas y de intervención en los espacios de la cuenca (Siles y Soares, 2003).

El agua, recurso integrador de la cuenca

El agua es considerado el elemento integrador pues la zona de cabecera de las cuencas garantiza la captación inicial de las aguas y el suministro de las mismas a las zonas inferiores durante todo el año. Los procesos en las partes altas de la cuenca invariablemente tienen repercusiones en la parte baja dado el flujo unidireccional del agua, y por lo tanto toda la cuenca se debe manejar de manera integral, como una sola unidad. Al interior de la cuenca, el agua funciona como distribuidor de insumos primarios(nutrientes, materia orgánica, sedimentos) producidos por la actividad sistemática de los recursos. En la zona de emisión de cauces, el agua regula el funcionamiento de los ecosistemas costero-marinos (Jiménez, 2005).

El movimiento del agua lluvia y los flujos superficiales, a través de la red de drenaje, desde la parte alta de la cuenca hasta la parte baja, promueve el desprendimiento y arrastre de partículas (sedimentos orgánicos y minerales) e induce la formación de valles planicies o llanuras de inundación. El sistema hídrico también refleja un comportamiento de acuerdo a como se están manejando los recursos agua, suelo y bosque, así como a actividades o infraestructuras que afectan su funcionamiento (Jiménez, 2005).

La cuenca como unidad de planificación, manejo y gestión de los recursos naturales

Una pregunta frecuente de personas con poco conocimiento del ciclo hidrológico, es ¿Por qué usar la cuenca como unidad de planificación, manejo, gestión y cogestión de los recursos naturales y el ambiente, y no los límites políticos o administrativos ya existentes?. En principio, la respuesta es simple, puesto que las cuencas son las formas geomorfológicamente superficiales y naturales de la tierra que captan y concentran la oferta hídrica que proviene de las precipitaciones y la cual se distribuye luego en diferentes flujos hídricos.

Sin embargo, es importante hacer algunas observaciones que van muy ligadas a la evolución de los enfoques y estrategias para el manejo y gestión de cuencas. El enfoque de la cuenca como sistema y como unidad de gestión de los recursos naturales y el ambiente, es casi indispensable cuando se analizan interacciones físico-biológicas y socio-ambientales relacionadas al agua y su interacción con otros recursos naturales, principalmente en cuencas de montaña.

En efecto, el movimiento del agua de lluvia y los flujos superficiales, a través de la red de drenaje, desde la parte alta de la cuenca hasta la parte baja, promueve el desprendimiento y arrastre de partículas (sedimentos orgánicos y minerales) e induce la formación de valles, planicies o llanuras de inundación, etc.

Bajo condiciones de lluvias que superan la capacidad de infiltración de los suelos, o de prácticas silvoagropecuarias[6], industriales, antrópicas inadecuadas (por ej. deforestación, sobre pastoreo, quema, agricultura intensiva sin prácticas de manejo y sin conservación de suelos y aguas, vertido de contaminantes a las aguas, apertura de vías de comunicación, construcción de viviendas en zonas vulnerables, etc.), se puede producir erosión, deslizamientos, asolvamiento de cauces, disminución de la capacidad hidráulica de los drenajes naturales, caudales pico que causan desbordamiento de los ríos e inundaciones.

Las consecuencias son posibles pérdidas de vidas humanas, daños a la infraestructura social y productiva, deterioro de la calidad del agua, sequías en la parte baja, afectación de las zonas marino-costeras, alteración del ciclo hidrológico, etc. La interacción de todos estos elementos afecta la calidad de vida de los pobladores, la sostenibilidad ecológica de los ecosistemas y el desarrollo de los países.

La interacción de factores que determinan el estado actual y las tendencias en los recursos naturales y el ambiente van mucho más allá de una simple interacción física o biofísica, es un escenario complejo que requiere un abordaje integral, holístico, con una base social muy fuerte, pues las decisiones de manejo de las cuencas las toman los diferentes actores locales y externos.

Así, los grandes desafíos del manejo y gestión de cuencas son producto de la interacción de diferentes factores como la degradación acelerada de los recursos naturales y el ambiente, el aumento de la población, la pobreza, la inseguridad y falta de soberanía alimentaria, alta vulnerabilidad a los desastres y otros factores. Por ello se requiere un acercamiento integral a la problemática para lograr gestionar estos escenarios de interacción biofísica, socio ambiental, ecológica y económica. Sin embargo hay que mencionar que en las cuencas también existen muchas potencialidades y oportunidades que se pueden aprovechar en el objetivo su manejo y gestión sostenible.
 
 

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