Reemplazar el impuesto de sobreganancias mineras por regalías sobre las utilidades operativas no sería favorable para el Estado, sino que permitiría que se maquillen cifras en beneficio de las empresas mineras.
Tras el consenso de la población de pedir que las empresas mineras que operan aporten más al fisco, la Sociedad Nacional de Minería alcanzó al Ejecutivo una propuesta que contempla que pagarán una mayor tasa de regalías (actualmente pagan entre 1 y 3%) respecto a las utilidades operativas de las empresas del sector.
No obstante, diferentes especialistas rechazan la iniciativa minera pues queda en manos de estas determinar si tienen o no sobreganancias, pues el Estado no puede supervisar sus cuentas internas (flujo de caja).
Es decir, si nos regimos bajo la propuesta del gremio minero, las empresas pagarán la mayor regalía después de descontar del total de sus ventas los gastos administrativos que declaren.
Para el presidente de la Comisión de energía y Minas del Congreso, Martín Rivas, el impuesto a las sobreganancias debería aplicarse sobre las ventas totales y no sobre las utilidades de la empresa, ya que de esta manera habría mayor control.
“Si permitimos aplicar las regalías sobre la base de utilidades habría mayor evasión tributaria, ya que las empresas podrían inventar gastos que no han tenido”, explicó.
Precisó que se debe tener en cuenta que en la actualidad las ventas de los minerales como el oro son buenas, por consiguiente, también las ganancias que generan las empresas.
Según Rivas, es necesario que se establezca mecanismos idóneos que permitan generar ingresos para cubrir los costos de programas sociales.
Dijo que en estos momentos el Ejecutivo está preparando un paquete legislativo y afirmó que el gremio minero está tomando en cuenta que es necesario un mayor aporte de las mineras, para generar mayores recursos para los proyectos de inclusión social.
Rivas se mostró confiado que el actual gobierno llegue a un acuerdo con la Sociedad Nacional de Minería pues consideró que las múltiples protestas de la población en los lugares donde se desarrolla la actividad minera son consecuencia que los pobladores no perciben beneficios a su localidad.
Óbolo minero
Los temores por si las empresas maquillen sus sobreganacias, mostrándolas menores o incluso nulas no son infundadas. Y es que no sería LA PRIMERA vez que las mineras quieran hacer prevalecer sus intereses por encima de los de la Nación.
En esa línea, hay que recordar el acuerdo al que llegaron el ex presidente Alan García y las empresas mineras el 2006 en que estas últimas se comprometieron a aportar voluntariamente (también conocido como óbolo minero) S/. 2,500 millones en el último quinquenio, no obstante, no se cumplió lo acordado y se recaudó aproximadamente S/. 2,100 millones.
Este consistía en un aporte voluntario que hacían las mineras al Estado, pero que en opinión de Javier Consiglieri, especialista de Cooperacción, no era efectivo.
“LA PRIMERA razón era porque al ser de manera voluntaria, las mineras eran sus propias reguladoras y designaban los recursos bajo sus propios criterios. Argumentaban que el Estado era ineficiente para gastar ese efectivo, pero a la luz de los hechos se demostró que tampoco ellos tenían capacidad de gasto. Definitivamente esa medida no debía continuar”, afirmó.
En opinión del investigador de la Universidad de San Marcos, Jorge Manco Zaconetti, el aporte voluntario “fue una mentira ya que las empresas mineras que pagaban el óbolo lo hacían para compensar las regalías que no pagan”.
Tras el consenso de la población de pedir que las empresas mineras que operan aporten más al fisco, la Sociedad Nacional de Minería alcanzó al Ejecutivo una propuesta que contempla que pagarán una mayor tasa de regalías (actualmente pagan entre 1 y 3%) respecto a las utilidades operativas de las empresas del sector.
No obstante, diferentes especialistas rechazan la iniciativa minera pues queda en manos de estas determinar si tienen o no sobreganancias, pues el Estado no puede supervisar sus cuentas internas (flujo de caja).
Es decir, si nos regimos bajo la propuesta del gremio minero, las empresas pagarán la mayor regalía después de descontar del total de sus ventas los gastos administrativos que declaren.
Para el presidente de la Comisión de energía y Minas del Congreso, Martín Rivas, el impuesto a las sobreganancias debería aplicarse sobre las ventas totales y no sobre las utilidades de la empresa, ya que de esta manera habría mayor control.
“Si permitimos aplicar las regalías sobre la base de utilidades habría mayor evasión tributaria, ya que las empresas podrían inventar gastos que no han tenido”, explicó.
Precisó que se debe tener en cuenta que en la actualidad las ventas de los minerales como el oro son buenas, por consiguiente, también las ganancias que generan las empresas.
Según Rivas, es necesario que se establezca mecanismos idóneos que permitan generar ingresos para cubrir los costos de programas sociales.
Dijo que en estos momentos el Ejecutivo está preparando un paquete legislativo y afirmó que el gremio minero está tomando en cuenta que es necesario un mayor aporte de las mineras, para generar mayores recursos para los proyectos de inclusión social.
Rivas se mostró confiado que el actual gobierno llegue a un acuerdo con la Sociedad Nacional de Minería pues consideró que las múltiples protestas de la población en los lugares donde se desarrolla la actividad minera son consecuencia que los pobladores no perciben beneficios a su localidad.
Óbolo minero
Los temores por si las empresas maquillen sus sobreganacias, mostrándolas menores o incluso nulas no son infundadas. Y es que no sería LA PRIMERA vez que las mineras quieran hacer prevalecer sus intereses por encima de los de la Nación.
En esa línea, hay que recordar el acuerdo al que llegaron el ex presidente Alan García y las empresas mineras el 2006 en que estas últimas se comprometieron a aportar voluntariamente (también conocido como óbolo minero) S/. 2,500 millones en el último quinquenio, no obstante, no se cumplió lo acordado y se recaudó aproximadamente S/. 2,100 millones.
Este consistía en un aporte voluntario que hacían las mineras al Estado, pero que en opinión de Javier Consiglieri, especialista de Cooperacción, no era efectivo.
“LA PRIMERA razón era porque al ser de manera voluntaria, las mineras eran sus propias reguladoras y designaban los recursos bajo sus propios criterios. Argumentaban que el Estado era ineficiente para gastar ese efectivo, pero a la luz de los hechos se demostró que tampoco ellos tenían capacidad de gasto. Definitivamente esa medida no debía continuar”, afirmó.
En opinión del investigador de la Universidad de San Marcos, Jorge Manco Zaconetti, el aporte voluntario “fue una mentira ya que las empresas mineras que pagaban el óbolo lo hacían para compensar las regalías que no pagan”.
Fuente: Diario La Primera, sábado 20 de agosto 2011.
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