En un mundo globalizado, con escasos valores culturales y cívicos, en
donde impera el neoliberalismo, el factor preponderante es don dinero.
Con él se pueden torcer voluntades y comprar conciencias; maquillar
monstruos y simular obras; crear falsos ídolos y construir ideologías
sin sustento. Es en este campo en donde entran a tallar los
maquilladores de imagen cuyo trabajo consiste en mostrar a los
impresentables como empresas con las que es bueno y beneficioso
trabajar.
Las transnacionales extractivas de minerales y de energía gastan ingentes sumas de dinero en pagar a estos maquilladores quienes proponen un sinnúmero de ardides para limpiar la imagen negativa que de por sí tienen los destructores del medio ambiente y de la vida. Hasta hace unas décadas estos esfuerzos eran innecesarios porque, al amparo de gobiernos entreguistas y corruptos imponían su voluntad en donde fueren y les importaba un bledo la licencia social para operar.
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Esta licencia que para ellos es una traba y que para nosotros es el
único medio de defendernos del abuso es el campo de juego en donde
operan los maquilladores tratando por diversos medios de que pisemos el
palito. Entre estas recetas tenemos regalos de polos y gorritos con el
logo de la empresa, padrinazgos de promociones, concursos de
conocimientos, regalos de toros y banquetes, publicaciones de libros,
auspicio de exposiciones, concursos literarios y otras situaciones por
el estilo para mostrar al pueblo que quieren destruir que están
interesados en la cultura y bienestar de la población.
Es en ese sentido que el Colectivo Fuscán, la asociación Celendín Pueblo Mágico y el Comité de Apoyo a Celendín ponen en conocimiento de los interesados que el concurso de cuentos Julio Garrido Malaver está auspiciado embozadamente por la empresa Odebrecht en su afán de construir el proyecto hidroeléctrico Chadín II, cuyos daños y consecuencias a la provincia hemos advertido en otros artículos. Participar en este evento significa caer en el juego de la empresa por más que en los afiches aparezca el grupo cultural Shilshil como auspiciador.
La artimaña es tan evidente e improvisada que le han puesto el nombre del poeta Julio Garrido a un concurso de cuentos, sabiendo que el relato no era precisamente su expresión más pura. En todo caso y para que haya concordancia debieron recurrir al nombre de don Alfonso Peláez Bazán, que sí es un insigne cuentista, pero estamos seguros que dadas las condiciones oscuras que exponemos, sus familiares de ninguna manera lo hubiesen permitido.
El Colectivo Fuscán, la asociación Celendín Pueblo Mágico y el Comité de Apoyo a Celendín invocan, a sus integrantes y al pueblo en general a boicotear concursos y eventos sospechosos que tengan como titiriteros a los funcionarios de empresas como Odebrecht, Newmont Minning Co. y otras que pretendan participar en la destrucción de nuestra provincia. Ellos nos traen la contaminación que en este caso abarca al aspecto cultural. No participar es demostrar que nuestra unión no tiene talones de Aquiles ni resquicios por donde puedan ingresar, es decirle no a estas empresas e impedir su presencia en Celendín.
Lima, 8 de septiembre de 2013
Colectivo “Fuscán”
Celendín Pueblo Mágico
Comité de Apoyo a Celendín
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