Por:
Ing. CIP. Secundino Silva Urquía (*)
El
ser humano solo lucha de manera consecuente por lo que conoce y aprecia. Los
celendinos y cajamarquinos que valoramos la importancia de las lagunas y
bofedales, ubicados en nuestra jalca; sabemos que, esas grandes fuentes de
almacenamiento de agua, garantizan el funcionamiento de un complejo sistema
hídrico perfeccionado a lo largo de millones de años, y que mantiene la vida de
miles de campesinos, sus animales domésticos, y una también de importante flora
y fauna. Lagunas, neblina e icho, pantanos o bofedales, aguas subterráneas,
manantiales y ríos, son parte de un todo; como lo son: el corazón, las venas,
las arterias y otros órganos, en el funcionamiento de nuestro cuerpo. No en
vano, Leonardo Da Vinci interpretó
el cuerpo humano como un microcosmos de la tierra y la tierra como un
macrocosmos del cuerpo humano. Y, en 1972 el científico JAMES LOVELOCK, consideró
tal concepto en la formulación de su hipótesis Gaia, que perfecciona y
amplía en su libro LA VENGANZA DE LA TIERRA:
“La
tierra funciona como un sistema único y autorregulado, formado por componentes
físicos, químicos, biológicos y humanos. Las interacciones y flujos de
información entre las partes que lo componen son complejos y exhiben gran
variabilidad en sus múltiples escalas temporales y espaciales.”
Y
eso es precisamente Gaia, por lo que no me sorprende que muchos hayan querido hacer
de esta, una religión.
Que
la minera Yanacocha exponga a los medios de comunicación, su asalariado Ing.
Roberto Parra, para decir que: “…
esos cuerpos de agua (lagunas) funcionan mal, que NO permiten filtración de
agua porque tienen una capa de arcilla en el fondo; y que los reservorios, paradójicamente
sin fondo pavimentado, que construirá su empleadora funcionarán mejor…”, y
otras sandeces más, es un signo de que Yanacocha SRL, es un monstruo con
pies de barro, al que el pueblo cajamarquino puede derrotarlo y expulsarlo de
su territorio, pues, la verdad y la razón están de su lado. ¿En qué universidad
habrá estudiado éste señor Parra? Él, al
menos debe aprender, que: ninguna obra (artificial) de ingeniería, por
magnífica que sea; podrá ser mejor que una obra natural de creación suprema y que
ha evolucionado durante millones de años.
Finalmente,
lo que la transnacional NEWMONT MINING
CORPORATION y su socia la peruana BUENAVENTURA INGENIEROS SA, jamás podrán negar es que en más de
dieciocho años de actividad extractiva, ya devastaron un área equivalente a
seis veces la ciudad de Cajamarca, con las consecuencias nefastas que todos
conocemos: Lagunas desaparecidas, muchos
manantiales secados, el río Grande alimentado con agua contaminada bombeada
desde un reservorio; contaminación del aire, agua y suelo; pérdida irreparable de
flora y fauna; derrame de sustancias tóxicas, como mercurio en Choropampa; incremento
exagerado de enfermedades gastrointestinales; campeo de la delincuencia y
prostitución en la ciudad; divisionismo y desintegración familiar y social;
degeneración de la política y pérdida de valores; escases de agua en Cajamarca; carestía de alquiler de
inmuebles y de los productos alimenticios; caos vehicular en la ciudad; etc.
Todo esto, o más y en mayor escala (por la magnitud del proyecto), no queremos
que se traslade a Celendín.
Por
eso responsablemente respaldamos la medida de protesta que se inicia este jueves 24 de noviembre para exigir: el
cese total de operaciones en el Proyecto CONGA y el retiro de todos sus equipos
y aparatos destructores. Todo esto porque el pueblo cajamarquino dice: ¡NO A
LA MINERÍA EN CABECERA DE CUENCAS! Y ¡PROYECTO CONGA NO VA!
(*)
—Ingeniero
Civil.
—Presidente
del Comité de Apoyo a Celendín.
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