Jorge Horna
Labrar las palabras para elaborar belleza es lo que se
denomina Literatura, y de sus géneros:
narrativa, dramática, ensayo y la lírica, definir a esta última resulta
complicado. Sólo alcanzamos a conmovernos, a despertar ignotos sentimientos, a
ver el mundo y la vida de un modo inesperado, cuando un verso o un poema
celebra el amor, desentraña nuestras pasiones, sueños y tribulaciones, colorea
el aire, la sutilidad del agua o el canto de los pájaros.
Muchos poetas también
han exaltado con su palabra su ternura al suelo en que nacieron, y lo han hecho
indignados y evocando un canto de esperanza y redención, al ver a nuestra
patria avasallada por quienes hace centurias detentan el poder.
César Vallejo, Mariano
Melgar, Alejandro Romualdo, Juan Gonzalo Rose, Víctor Mazzi, Leoncio Bueno,
Jorge Bacacorzo, Gustavo Valcárcel, Manuel Scorza, Javier Heraud, Washington
Delgado… transitaron ese peregrinaje.
Desde la fractura de
nuestra historia con la invasión hispánica, pasando por la frustración de las
etapas posteriores, el Perú aún busca un nuevo derrotero. Y los poetas no han
sido ajenos a esta realidad y lo testimonian con sus versos. Menciono sólo a
algunos y poco difundidos:
El contumacino
(Cajamarca) Mario Florián es su
poema Arenga al peruano, de su libro Canto augural, nos exhorta:
No te humilles. Despierta. Elévate, peruano.
Erígete. Ya es hora. Revive tu ejercicio
de amansador de Mundos, de Continentes Bravos,
de Forjador de Imperios sobre los precipicios.
(…)
Vindícate en tu tierra… Porque estás en tu
tierra
desde las eternidades… Y tu tierra te adora…
¡Exprésate, peruano! ¡Exprésate de nuevo!
¡Sé heroicidad, destino! ¡Levántate! ¡Ya es
hora!
Luego, extractos del poemario Libro de los entuertos de Juan Cristóbal (Lima, 1941), que “eleva
su palabra para dotar de dimensión estética al lenguaje popular mediante la
eficacia de su elaboración literaria.”
Perú/
país de mi vida/ y de mis
sueños// ¿desde cuándo/ te has convertido/ en una infame/ en una avara/
en una cloaca de tus hijos/ en
una lameculos sin remedio?
Nos hicieron esclavos de sus chanchos/ sirvientes de sus perros/ mucamos de su espanto/ lorchos de sus desgraciadas desgracias/ y para llenarse los bolsillos/ y hacernos cachita desde el aire/ (…)
Jorge Luis Roncal (Lima, 1955) en Canción de la esperanza, poetiza:
Así, nuestros actos, nuestras vidas/ grandes, radiantes/ nuestros cuerpos/ dispuestos
siempre a confundirse/ entre la
multitud que hace la historia/ pues no
basta contemplar con inquietud esta miseria/
no es suficiente el sentimiento/
la repulsa a los culpables, las canciones de protesta/ si las manos se resisten a luchar (…)
El ancashino Abdón Dextre
Henostroza, nos dice en sus poemas del libro Herido tambor de fuego:
¡Oh Patria mía!,
busco tu rostro para reconocer al fin el mío.
Es mi voz duro clamor de antorchas
hace tiempo encendidas.
(…)
Ay Perú Perú
ay patria de nuestros sueños desgarrados
devastados
está cerca la hora de que remontes tu alto vuelo.
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