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"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

martes, 26 de enero de 2016

Somos La Tierra - DOCUPERU

Muchas veces vemos a la Tierra como un lugar del que nos proveemos ciegamente. A continuación, el maestro Thich Nhat Hanh nos explica que la Tierra no sólo está viva sino que nosotros somos una manifestación viva y palpitante de este hermoso planeta.

La Tierra está, en este mismo instante fuera de ti, dentro de ti y también debajo de ti. La tierra está en todas partes. Solemos pensar en ella únicamente como el fundamento bajo nuestros pies, pero lo cierto es que el agua, el mar, el cielo y todo lo que nos rodea viene de la Tierra. Todo lo que existe, tanto fuera como dentro de nosotros, procede de la Tierra.

Cuando nos damos cuenta de ello nuestra relación con la Tierra cambia, porque empezamos a tratarla con más cuidado. Entonces nos enamoramos de ella y, cuando nos enamoramos de alguien o de algo, se desvanece toda separación. En tal caso hacemos, por la persona amada, todo lo que está en nuestras manos con mucha alegría y satisfacción.

Esa es la relación que, si queremos sobrevivir, cada uno de nosotros puede y debe establecer con la Tierra.

El momento es ahora

No podemos esperar a restablecer nuestra relación con la Tierra porque la Tierra y nosotros estamos, ahora mismo, en verdadero peligro. Una sociedad dominada por la codicia y el orgullo es necesariamente violenta, lo que siempre genera problemas innecesarios. Si ejercemos violencia sobre nuestra especie y otras especies también seremos violentos con nosotros mismos. Y si, por el contrario, protegemos a los demás también nos protegemos a nosotros mismos. Es necesaria una revolución espiritual para enfrentarnos a los retos medioambientales que nos acosan.

DOCUPERÙ

"Nuestros Territorios"
un vídeo de realización colectiva filmado por diferentes líderes de la comunidad de Accha (Cuzco) y otros lugares del país (Luna contreras, Yaymy Mamani, María C. Peralta M. y Andrea Flores Zumelzu), bajo la dirección de José Lavado y coordinación de Gabriela Urco.

Muchas personas están perdidas. Estamos demasiado ocupados y nos perdemos en el consumo y en todo tipo de distracciones, de modo que cada vez estamos más aislados y enfermos. Hay personas que se sienten muy solas. Ya no estamos en contacto con nuestra familia, con nuestros ancestros, con la tierra o con los milagros de la vida que nos rodea. Nos hemos apartado y nos sentimos solos.

Esta alienación es una especie de enfermedad convertida en una epidemia. Muchos sentimos un vacío interior que pretendemos curar consumiendo objetos o engullendo pastillas. Pero esta adicción al consumismo, que nos lleva a gastar y consumir lo que no necesitamos, genera muchos problemas y mucho sufrimiento, tanto a nosotros como a la Tierra. Nuestro deseo de fama, riqueza y poder es insaciable, lo que provoca una gran tensión en nuestro cuerpo y en el planeta. No nos damos cuenta de que lo que nos hace felices no es la fama, la riqueza ni el poder, sino el nivel de nuestra consciencia atenta.

Enamorarse

El verdadero cambio ocurrirá cuando nos enamoremos del planeta. Sólo el amor puede enseñarnos a vivir en armonía con los demás y con la naturaleza y a eludir los devastadores efectos de la destrucción ambiental y del cambio climático. Cuando reconocemos las virtudes y prodigios de la Tierra nos sentimos conectados con ella y de nuestro corazón brota el amor. Queremos estar conectados. Ese es el significado del amor, ser uno. Cuando amas a alguien, quieres cuidar de esa persona como si fueras tú mismo. Y, cuando amas así a la Tierra, ese amor también es recíproco. En tal caso, hacemos todo lo que esté en nuestra mano para el beneficio de la Tierra y la Tierra hace lo que sea para alentar nuestro bienestar.

Cada mañana, cuando me levanto, me abrigo y salgo de mi cabaña para dar un paseo. El sol todavía no ha salido y paseo tranquilamente bajo el dosel de la luna, las estrellas y arropado por la naturaleza que me rodea. Un día, después de pasear, volví a mi cabaña y escribí la siguiente frase: “Estoy enamorado de la Madre Tierra”. Estaba tan excitado y mi corazón latía tan aceleradamente como el del joven que piensa en su amada.

Cuando pienso en la Tierra y en mi capacidad de caminar sobre ella, me digo “Voy a dar una vuelta y disfrutar de la naturaleza”, y mi corazón se llena de alegría. Son muchas las cosas que la Tierra me da. Estoy enamorado de ella. Se trata de un amor extraordinario en el que no cabe la traición. Cuando confiamos nuestro corazón a la Tierra, ella confía en nosotros con todo su ser.


Fuente: Un Canto de Amor a la Tierra – Thich Nhat Hanh

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