"Yes que a veces se encabritan
en mis venas, los nervios
rotos de un legendario puma"
César Vallejo
"Porque debajo de los muros
semi destruidos de Kuelap subyacen
los nervios rotos de ese
legendario puma"
Daquirama
INTRODUCCIÓN
Hemos estado en el torreón más alto de su grandeza y tal vez de su infortunio.
Hemos visto el perfil asimutal de nuestras cordilleras, hemos escrudiñado los horizontes y el infinito y al anochecer las constelaciones. Nos hemos mojado en el murmullo balbuceante de sus torrentes cristalinos.
La eternidad de sus muros milenarios, la infinidad de sus horizontes, la grandeza milenaria de sus fortificaciones.
Sus accesos, aprovisionamientos, recintos circulares, trampas, terraplenes y precipicio.
Hemos contemplando la grandeza y precisión numérica de los cálculos que precedieron a sus edificaciones, el perfecto dominio de las leyes de la estática y del principio del equilibrio vertical al admirar los muros de la mazmorra (tintero), que desafía las leyes de la verticalidad, de la plomada y las leyes demoledoras del tiempo.
¿Quién enseñó a los marañones, la más sofisticada tecnología de las edificaciones que desafían a los siglos, a la lluvia, el viento, al sol, a los cataclismos y a la impiedad e ignorancia de los hombres actuales? ¿Quién capacitó a los marañones para hacerlos inmortales?...
En Kuelap estuvieron los chavines, que fueron marañones, los marañones decadentes o refractarios, quizás los mochicas, evidentemente los huaris que todo lo avasallaban, luego los chimú y finalmente los incas.
¿Quién hizo la grandeza de Kuelap…?
¿Quién su captura y finalmente su destrucción?
Sus andenes y campos de cultivo y su bosque nativo de especies nativas eternizan su memoria, pues fundamentaron su supervivencia, 1500 años antes de Jesucristo ya existía suprema actividad de vida.
La serranización de los Andes no puede ser obra exclusiva de los últimos incas-de los que llegaron a Kuelap-, sometieron y conquistaron.
La serranización de los Andes debió haber empezado cuando los hombres del Marañon, del Uctubamba y de los ríos tributarios recogieron el algodón silvestre (Gosipium marañónico) para tejer la cushma, la ropa y los envoltorios funerarios de sus muertos, de sus combatientes, cuando aclimataron la papa, la oca, la yuca, el maíz, la quinua, el frejol, la ñuña, etc.
Las momias hablan de esa historia y de muchas otras, de la ocupación productiva del suelo, de las grandes batallas, masacres y ejecuciones colectivas.
Tello, el sabio, habló de la presencia Chavín en la margen derecha del Marañón, Reichlen de los huaris en el Utcubamba, Kauffmann de los huaris y los inkas en Utcubamba. Rn los recintos circulares quedan las huellas, vestigios e implementos empleados en las grandes comilonas y grandes libaciones, del consumo del cuy y del venado.
Nosotros decimos, viendo los frisos ornamentales de Kuelap que también los chimús anduvieron por esas tierras, aún cuando hayan sido llevados por los inkas.
El asedio, captura y la destrucción de Kuelap sólo se explica por causas históricas no esclarecidas plenamente. ¿Quiénes fueron los que se apoderaron de Kuelap y de toda la base productiva que implicaba?
Teoricemos que primero fueron los huaris, luego los inkas y finalmente los españoles, sin que eso signifique que otros grupos culturales lo hayan intentado, sospecho que los mochicas y los chimús anduvieron por dichas tierras dada la toponimia mochica que está vigente hasta el Pajatén.
Una fortaleza inexpugnable de secretas instalaciones, trampas y aprovisionamientos sólo pudo ser tomada por asedio que cortase todo suministro y que implicaba el corte del agua. Kuelap fue reconstruida por los inkas para consolidar sus dominios en el Utcubamba y romper el apoyo logístico que los chukis daban a los chachas y viceversa. Su posición es estratégica.
Parece que los españoles descubrieron la fuente de aprovisionamiento del agua, el aprovisionamiento secreto y lo cortaron para lograr la rendición, que la fortaleza podía resistir más de 6 meses la falta de agua si es que hubiese tenido cisternas para una población numerosa de combatientes: 2250. Pues seguramente las tuvo.
Los andenes del lado sur-terrazas de 1200 m X 9m podían abastecer más de 1 año de combate o hasta la próxima estación de lluvias. Aun ahora no se conocen los tambos a los que está ligada, sólo se sabe que hay una ruta de acceso del Marañón y otra del Utcubamba, independiente de las rutas de acceso por las jalcas del sur: Chuquibamba, Cajamarquilla y la proyección natural del Pajatén.
Ensalmo tenían los curas doctrineros y los extirpadores de idolatrías para que se apagase la resistencia que fuer tenaz ante los huaris, prolongada y heroica ante los inkas y que terminó cuando millares de marañones eran llevados como mitimaes al valle del Mantaro.
Huayna Cápac introdujo mitimaes huancas a las colinas de Chachapoyas, los famosos olleros huancas pacificados muchos siglos antes de Túpac Inka Yupanqui; según Garcilazo de la Vega antes del reynado de Pachacútec.
Los cronistas no han echado mucha luz sobre el origen y final de Kuelap; tampoco los historiadores del virreinato. Sólo Middendorf estableció que en el lomo de los andes están los restos de una gran cultura megalítica, que presidió a Chavín decimos nosotros, pero Kuelap es mucho más que restos megalíticos.
El autor
Luis Daniel Quirós Amayo.- (Julio1943 / Agosto 2013) Nació en Celendín. Inició sus estudios en el Instituto Superior Pedagógico Nacional en Lima y los culminó en la Escuela Normal de Celendín. Estudió en la escuela de Estudios Especiales de la U.N.M.S.M, también en la Universidad Inca Garcilazo de la Vega Sociología .
Fue miembro de la Plataforma Interintitucional Celendina donde, junto a otros líderes, luchó en defensa del agua, la vida y de la dignidad del pueblo celendino.
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