Vistas de página en total

"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!"
José María Arguedas

sábado, 14 de septiembre de 2013

Dioses y demonios del Marañón


Por Hernán Quintana Díaz

La primera idea que asaltó mi mente al leer el título, tan sugerente de esta novela, fue la de una mujer seductora. Las palabras me condujeron por la pista equivocada. Magdalena es una isla localizada en el río Marañón en las cercanías del pongo de Huaracayo“, en Perú. La novela nos transporta a un enigmático lugar, donde el movimiento de la naturaleza está en constante reproducción, en perenne erotismo y destrucción. Justamente el peligro de extinción de esta fértil vitalidad selvática es uno de los temas de la novela. Sus protagonistas: la memoria individual y la colectiva. A parte de los valores literarios de esta novela, su mérito está en la recopilación de mitos y leyendas que han sido narrados con la intimidad y calidad vivencial de un nativo de la región.


No es una novela para alimentar a la bestia de la razón. Es una novela donde los instintos básicos, las pasiones elementales, la crueldad, se encarnan en el texto. El lado oscuro de la vida se presenta como la muerte en sus mil variantes, una de ellas, el “toro con los cuernos llameantes“. Pero la muerte es vencida por la vida, ya que mientras una parte de la isla se consume bajo enormes lenguas de candela viva“  y se expande el mundo de las tinieblas; en la otra “el fuego desapareció (...) la fuerza de la naturaleza logró apagarlo cubriéndose con un bosque de selva, casi impenetrable“. En este marco mítico la novela desarrolla una metáfora furiosa de la corrupción política en el Perú y de la destrucción del medio ambiente. “En el lado oscuro de la isla se muere el sol y la gente que entra en sus bosques ya no sale, se queda encantada“. Lingán nos relata el destino y las peripecias de un personaje encantado, la historia del alemán Siegfried Gildemeister, padre del mestizo Pedro Gildemeister Nugkuag.

La novela está estructurada en tres niveles narrativos: la noticia del viaje del narrador, sus pensamientos, posiciones políticas y deseos oníricos. El siguiente nivel lo conforman los recuerdos de la infancia de Pedro Gildemeister. Y al final, están los mitos y leyendas del pueblo indígena de los Aguarunas, que habitan la región. El autor, a través de la primera instancia narradora, nos refiere de su viaje a Magdalena en busca de Pedro Gildemeister Nugkuag, alias El Zarco, hijo del emigrante alemán Siegfried Gildemeister y de la india aguaruna Suwa Nugkuag Tsejém. Luego entramos en el segundo nivel de la novela: los recuerdos de Pedro Gildemeister. El tercer nivel lo constituye la memoria colectiva.

Si el mundo de la novela lo comparamos con una cebolla, estos tres niveles narrativos son como las cáscaras que se sobreponen una a la otra. En esa sobreposición se da un desarrollo (o si se quiere degeneración) de las pasiones y aberraciones humanas. En el primer nivel, el superficial, leemos el viaje de un joven y nos enteramos de algunos sueños suyos, como por ejemplo cuando un felino “sin ninguna dificultad abre“ su pecho  y “con sus fuertes garras, saca“ su corazón, “lo levanta aún palpitante, lo arroja por los aires y corre tras él“. En el segundo nivel, el autor alegoriza los fenómenos sociales y políticos del Perú y nos habla de la corrupción des Estado, de los militares y de los policías, topa el asunto de las contradicciones de los guerrilleros. De los recuerdos del viaje y los sueños del primer narrador, pasamos a la memoria de El Zarco, el mestizo, quien nos cuenta de su niñez y de su padre alemán. Siegried Gildemeister “había sido médico en el ejército de Hitler“. En la novela leemos como llegó a esos lugares y “sembrando el terror se apoderó de la tierra y sus hombres“, y se convirtió en político, senador, o sea, en “padre de la patria“. Los recuerdos individuales y el mito se entremezclan. La corrupción política, la dictadura, la guerrilla, la melagomanía del alemán Siegfried, sus excesos sexuales que sobrepasan las leyes naturales, son los motivos principales. En la memoria de pedro, su hijo, asume Siegfried las características de un demonio.

En el tercer nivel narrativo, el más profundo, Lingán nos transporta al mundo del cuento, del mito y de la leyenda. Sin duda ésta es, para mí, la parte más valiosa de la novela, en la cual el autor logra, como cronista poético, trasmitir imágenes que provienen de la memoria colectiva. Ojalá puedan los lectores vivenciar ellos mismos esos mundos míticos leyendo esta fantástica novela sobre la realidad de la selva peruana. Luego de terminar de leerla me pregunté: ¿No es la muerte una mujer seductora? y el erotismo ¿su cómplice?

0 comentarios:

Publicar un comentario

Chungo y batán Copyright © 2011 | Template created by O Pregador | Powered by Blogger