15.03.13
- Mundo
Héctor Torres
Director de la Revista
Utopías
Al Papa, apenas
elegido, se le abrió un gran debate por sus declaraciones como Cardenal
Bergoglio contra las mujeres, contra la población LGBTI y por su papel en los
años der la Dictadura (1976-1983). Miembros de la Institución eclesiástica de
Argentina, inclusive el Nuncio, por acción o por omisión, apoyaron la
Dictadura.
Al
nuevo Papa se le atribuye una compleja personalidad, difícil de captar y de
definir. Compleja y hasta contradictoria. Cabalgan facetas muy particulares:
persona de una teología conservadora al estilo Juan Pablo-II-Benedicto XVI, en
dogma y en las cuestiones relacionadas con la vivencia de la sexualidad. Pero
abierto y arriesgado en la práctica de la doctrina social. Como Juan Pablo II,
sabe para qué sirve el poder eclesiástico. Hombre de decisiones, ojalá no se deje
apabullar por la curia del Estado de la Ciudad del Vaticano, es decir, por esos
cardenales y monseñores que se encargan de hacer vigente aquella afirmación de
sabiduría popular: "El Papa reina pero NO
gobierna”.
En
ese minúsculo Estado, no pudieron poner orden Juan Pablo II y Benedicto XVI,
más preocupados por condenar la Teología de la Liberación y las teologías
progresistas, que por desarraigar la corrupción de cardenales y monseñores,
dentro y por fuera de las murallas vaticanas. La situación se degeneró de tal
manera que estalló y se globalizaron los escándalos, de distintos tipos, ya muy
conocidos.
Hay
unanimidad, en diferentes autores y columnistas, en reconocer que en su vida
privada y personal, es una persona sencilla, austera, sobria y enemiga de la
pompa, que tanto adoran muchos, muchísimos sacerdotes, obispos y cardenales.
Caminaba por las calles con zapatos bien usados. En lugar del carro de lujo,
utilizaba el transporte común. Abandonó el Palacio arzobispal, para vivir en un
apartamento sencillo y pequeño. Bajo un sobretodo negro ocultaba los colores
episcopales y cardenalicios, en sus recorridos callejeros. Se alaba su
capacidad de dialogar y atender a las y a los excluidos y de expresarles gestos
humanitarios.
"Los políticos
argentinos fueron varias veces blanco de la retórica filosa del sacerdote, que
los ha acusado de no combatir la pobreza y querer enquistarse y lucrarse en el
poder” (1).
En ese contexto, ha
sido "Voz de los sin voz” ante gobernantes y políticos, hasta el
cuasi enfrentamiento. Su cardenalato coincidió con el gobierno de los Kirchner,
blanco de sus denuncias, de diferente índole.
"Bergoglio reúne en sí dos rasgos que no siempre van juntos: es un
conservador extremo en materias dogmáticas y posee una marcada sensibilidad
social. Es lo que en la política argentina se conoce como un conservador
popular,...
Los jesuitas formados por Bergoglio siguen una línea dogmática
tradicional, pero "hacen la pastoral de fin de semana con los pobres. Les
infundió una visión sacramentalista, acrítica y muy asistencialista”, añade un
sacerdote que lo conoce bien. "Cultiva el bajo perfil. Está honestamente
preocupado por los pobres, vive su espiritualidad. Es encantador, conquistador,
muy austero, lleva siempre el mismo traje viejo, anda con zapatos gastados,
viaja en colectivo y en subterráneo”, escribió Horacio
Verbitsky, historiador y escritor argentino, uno de sus críticos, en 2005,
cuando fue papabile (2).
Oscar
Campana, argentino-porteño, en texto del 14 de marzo, así lo define:
"Su austeridad
personal, indiscutible, siempre ha convivido con una decidida y sostenida
búsqueda del poder, primero en su congregación, luego en la Iglesia argentina y
universal. Bergoglio es un estratega y un político, como hace mucho no había en
nuestra Iglesia. Pero parece que ahora todas las virtudes se reducen a una
sola, olvidando que los pecados capitales son siete…
No obstante los
antecedentes, no habría que descartar que una figura tan lejana al ceremonial y
al protocolo, y consciente de la necesidad de ponerle fin a los escándalos
(financieros, sexuales, políticos) continuados desde hace tiempo en la Iglesia
universal y en Roma, sea capaz de imponer un cambio de rumbo en muchos temas
sensibles” (3).
Como
Benedicto XVI, soltó algunas de esas frases que marcan historia y crean no
solamente conflictividad, sino enorme desprestigio.
Contra las mujeres
"Las mujeres
son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos", refiriéndose a la candidatura presidencial de la Senadora
Cristina Fernández.
"El orden natural y los hechos nos enseñan que
el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que
la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que
eso".
En sus polémicas declaraciones, el arzobispo de
Buenos Aires agregó que "hay que tener memoria; tuvimos una
mujer como Presidente de la Nación y todos sabemos qué pasó",refiriéndose a la ex presidente Estela María Martínez de Perón (4).
Tales apreciaciones y otras llevaron a la
Presidenta Cristiana Kirchner a afirmar: "Nuestro
Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que
usamos pantalones y a los que usan sotanas". (Héctor Torres colocó los
renglones en negrillas).
Varias organizaciones de mujeres, incluyendo
católicas, han emitido mensajes rechazando la teología anti-femenina del
Cardenal-Papa. No inician en buenos términos las relaciones.
Contra la comunidad
LGBTI
Se
opuso rotundamente, con garbo de cruzado, al matrimonio igualitario para
homosexuales y lesbianas. El texto siguiente es una síntesis de su postura.
"A las Monjas Carmelitas de Buenos Aires, 22 de
junio de 2010.
Queridas hermanas: Les escribo estas líneas a cada
una de Ustedes que están en los cuatro Monasterios de Buenos Aires. El pueblo
argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo
resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley
sobre matrimonio de personas del mismo sexo. Aquí está en juego la identidad, y
la supervivencia de la familia: papa, mamá e hijos. Está en juego la vida de
tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración
humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un
rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones... Aquí
también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que
arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el
mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se
trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de
Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento)
sino de una "movida" del padre de la mentira que pretende confundir y
engañar a los hijos de Dios... Afectuosamente, Jorge Mario Bergoglio s.j.”. (5)
Dios no escuchó a las
carmelitas contemplativas que seguramente fueron más que fervorosas en sus
oraciones y plegarias, porque la Ley fue aprobada. ¿Qué concepción tenía o
tiene el ex cardenal, de la oración?
Activistas de organizaciones
LGBTI ya han levantado su voz de alarma y de protesta de lo que les puede
esperar bajo este Pontificado.
La Dictadura y la
Eclesiástica de Argentina
Hay
un hecho histórico innegable: nuncio, obispos y sacerdotes apoyaron la
Dictadura Militar (1976-1983), guardaron silencio cómplice, no tuvieron la
valentía evangélica de denunciar al mundo lo que pasaba en Argentina e
igualmente grave, no tuvieron entrañas de misericordia para ofrecer solidaridad
a las víctimas. En ese contexto, Bergoglio ocupó cargos de alta
responsabilidad. Por dos periodos fue provincial de los jesuítas, y muy joven,
a los 36 años. Luego sería obispo-arzobispo-cardenal y Presidente de la
Conferencia Episcopal. Vivió las consecuencias d la Dictadura y le tocó,
directa o indirectamente el debate, aún no cerrado. Aún más, con razón o sin razón, llevará ese
estigma a lo largo de su Pontificado.
Documentos
de diferente índole ya le han dado la vuelta al mundo católico y más allá,
abriendo el debate sobre la actuación de Bergoglio bajo la Dictadura. Varios
autores sostienen su responsabilidad. Por ejemplo el historiador y escritor
Horacio Verbitsky, en artículos y en su historia sobre la Dictadura, que lleva
por título "El silencio”.
El 10 de abril de 2005, en "Página 12”, escribía Horacio Verbitsky: "El eventual
papa argentino que mencionan especialistas y agencias noticiosas volcaría todo
el peso del Vaticano en contra de la revisión de los crímenes de la dictadura.
Bergoglio es la personalidad más avasalladora y conflictiva de la Iglesia argentina
en décadas, amado y execrado por igual, como testimonia la dividida Compañía de
Jesús. El secuestro de cuatro sacerdotes, la distinción académica a Massera y
los manejos económicos de la USAL. ¿Es posible un Pontífice de Guardia de
Hierro?” (6). Bergoglio sonaba como
papabile y recibió 40 votos, en el Cónclave del 2005, pero pidió a sus
electores que dieran esos votos a Ratzinger (2).
"En su libro Iglesia y dictadura, editado en 1986, cuando Bergoglio no
era conocido fuera del mundo eclesiástico, Emilio Mignone lo mencionó como
ejemplo de "la siniestra complicidad” eclesiástica con los militares, que "se
encargaron de cumplir la tarea sucia de limpiar el patio interior de la
Iglesia, con la aquiescencia de los prelados”, Verbitsky (7).
Título del artículo de Hans Hansen, el
13 de marzo de 2013:
"El nuevo papa ha sido cuestionado por
entregar a dos sacerdotes a manos de la represión.
Los testimonios apuntan a Bergoglio en
violación a los DD.HH y muestran su complicidad con la Dictadura Militar
Argentina”.
"... Al nuevo Pontífice se le menciona un poderoso
vínculo con el entonces jefe de la Armada trasandina, Emilio Massera, ya que
Bergoglio cuando integraba la plana mayor de la Universidad del Salvador, le
otorgó al militar el título de "doctor honoris causa”... (8).
Bergoglio
se defiende
En su libro
autobiográfico "El Jesuita", publicado en 2010, Bergoglio rechazó
las acusaciones en su contra.
Pérez Esquivel: "El
Papa no tenía vínculos con la dictadura"
Jueves, 14 de marzo de 2013
El activista argentino de los derechos humanos
Adolfo Pérez Esquivel, ganador del premio Nobel de la Paz en 1980, negó que su
compatriota, el cardenal Jorge Bergoglio, recién elegido como Papa, tuviese vínculos
con el régimen militar que gobernó a Argentina entre 1976 y 1983, como han
señalado algunos críticos del nuevo pontífice.
En declaraciones a BBC Mundo, Pérez Esquivel dijo
que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio
no".
clic"A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario
para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la
congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos
pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les
concedía", añadió Pérez Esquivel.
"No hay ningún vínculo que lo relacione con la
dictadura", aseguró el activista a BBC Mundo.
Del 14 de marzo de 2013, tituló su artículo: Habemus Papam Criminalis.
Posiblemente también
se reabrirá el debate sobre las alianzas de la institución eclesiástica
católica con las cúpulas militares y policiales, en diferentes
países, y ante todo en aquellos, como los de América Latina, víctimas de las
dictaduras de viejo y de nuevo cuño. Hay un hecho inaudito: las diócesis
especiales para la Fuerza Pública, sostenidas con dineros públicos. ¿Qué hacen
obispos y sacerdotes, metidos en los cuarteles y vestidos a lo militar, con grados
e insignias militares? ¿Como es posible que haya seminarios especiales para las
vocaciones militares y policiales?
Bogotá,
Jueves 14 de Marzo de 2013
Fuentes.
2. Artículo: Jorge Bergoglio, según Verbitsky, enviado por : James Viera, blackmatrya@hotmail.com
3. Oscar Campana, texto vía internet
4. Tomado de http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20070704182350AAKKkk4
5. Texto vía internet http://tn.com.ar/politica/la-carta-completa-de-bergoglio_038363
6 y 7. Del mismo artículo ya citado en la nota 2.
8. Tomado de http://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2013/03/13/los-testimonios- que-apuntan-a-bergoglio-en-violaciones-a-los-dd-hh-y-muestran-su-complicidad-con-la-dictadura-militar-argentina/
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