Por José Luis Aliaga Pereyra
Ese día en la casa donde nos proporcionaban alimento y descanso,
las anfitrionas del lugar sirvieron cuy frito. En la mesa me tocó degustar, el
plato principal de la gastronomía cajamarquina, junto a dos escritores de
Cajabamba.
A un costado, casi pegado a la pared, se encontraba don
Arnulfo, frisando los setenta y cuatro años de edad, hombre alegre y locuaz. A
mi derecha, dando la espalda a la puerta de ingreso al primer comedor, Enrique
Boy, muy reservado él, nos observaba con interés. Luego de las presentaciones
respectivas y conversación de temas coyunturales, llegamos a lo de la
producción literaria, motivo del XI Encuentro de Escritores “Manuel Baquerizo”
que se realizó en Cajamarca a mediados del mes de noviembre.
Don Arnulfo, aparte de escribir teatro, es actor y ha puesto
en escena varias de sus obras, también incursionó en el cine como personaje principal en la película
“Coraje”. “Tengo el video”, asegura. “No crean que estoy imitando a Vargas
Llosa”, dice sonriente. “Mis obras son de verdadero contenido social, de
denuncia, de lucha —advierte—, aunque en esta última desempeño el papel de
patrón, antes lo hice de líder guerrillero”, asevera.
Hubiese querido tener más tiempo para conversar con don
Arnulfo: con él se puede pasar, toda una tarde, sin pizcas de aburrimiento. Es
coherente en sus historias. Se deja escuchar.
Después de dar buena cuenta del plato de cuy, don Arnulfo,
señalando el tercer piso de la casa, nos invitó a subir. “¡Vamos arriba! —dijo—. Quiero obsequiarles algunos de mis libros".
Camarotes |
-
¡No
están mis libros ni CDs! —exclamó—. No es posible —dijo—, se supone que acá
estamos los que defendemos la verdad, la justicia. Esto no puede quedar así. ¡Lo
tengo que denunciar! —aseguró.
Más allá, desde el tercer camarote, en silencio, sin
molestar, como un gato, nos miraba Enrique Boy.
-
¡No
puede ser! —continuó hablando, en voz alta y agitando los brazos, don Arnulfo—.
Nosotros, que se supone predicamos con el ejemplo, ¿estamos tocando las cosas,
¡robando!, a un compañero? —se preguntó—. ¡Vamos, alguien tiene que dar razón
de esto! —dijo, cerrando el maletín.
Cuando bajábamos, a la altura del
primer escalón, Enrique Boy, palmeándole la espalda, como queriendo calmarlo,
le dijo:
-
—¿Por
qué, primero, no te fijas en las puertas?
- —¿Qué
tienen que ver las puertas? —respondió don Arnulfo—. Siempre han estado así,
cerradas, sin seguro, porque aquí todos somos honrados.
-
Lo
que quiero que mires es el letrero de la puerta derecha —dijo Enrique apuntando
con el dedo el papel que algún bromista había colocado en la puerta del
dormitorio donde se podía leer con claridad la palabra: “MUJERES”.
-
¿Cómo? —don Arnulfo miró sorprendido el letrero, dio media vuelta y, rápidamente, abrió
la puerta del dormitorio. Se dirigió al primer camarote y de allí, como si
repitiera lo que hizo en el dormitorio del lado izquierdo, sacó, metiendo la
mano bajo la cama, un maletín muy parecido al anterior. Después, soltando una
carcajada, me alcanzó varios libros y Cds, y preguntó:
-
—¿Qué
te pareció mi actuación?
-
—¡Perfecta! —le respondí—. ¡Fenomenal!
Hoy, 23 de diciembre de 2012, que escribo esta nota, he terminado
de ver el drama “Coraje” en el que don Arnulfo actúa con mucha soltura, me propongo
leer su obra de teatro titulada Abnegación
de padre, donde en la primera página, entintó con su puño y letra la
siguiente dedicatoria:
“Con mucho afecto a mi predilecto amigo José Luis Aliaga
Pereyra.
Muy atentamente.
Cajamarca, 14 de noviembre de 2012.
Firma
Asunción Arnulfo Chacón Pajares"
Fueron testigos dos maletines boquiabiertos.
Fueron testigos dos maletines boquiabiertos.
En el círculo Don Arnulfo Chacón y Enrique Boy |
Glosas biográficas:
Asunción Arnulfo Chacón
Pajares.- (Agosto
1938) es natural de Cajabamba. Fue licenciado del Ejército del Perú en el
Regimiento de Caballería N° 5 de
Chocope-La Libertad. Estudio en la Escuela de Enfermeros del Ejército sede
Piura. Trabajó en el Instituto Geográfico Militar por el lapso de cinco años,
donde solicitó su retiro, como dice en la biografía publicada en su libro, “por
no gustarle la subordinación militar”.
Después estudió en la Escuela Regional de Bellas Artes de
Cajabamba y en el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la
Educación (INIDE), donde se graduó como profesor de primaria como primera
especialidad, y como segunda en artesanía.
Ha ganado varios concursos de poesía como, por ejemplo, el
que realizó el periódico Gaceta en Trujillo (1969)
Es autor de los dramas: El
veneno de los hijos, A más pobreza más
injusticia,El regreso de Maricucha,
Los dos compadres, La pedida de mano, Así soy en mi Escuela, Bendición
de madre, Abnegación de padre y La Escuela de mi tierra.
Las obras que ha puesto a escena son: El veneno de los hijos, A más
pobreza más injusticia, Los dos
compadres y La pedida de mano.
En el año 2004 incursionó como actor principal en la película
CORAJE del cineasta Héctor Marreros Vásquez.
En Cajamarca con el amigo Enrique Boy |
Lúcido Enrique Boy
Palacios(1965).-
Nació en Cajabamba. Es abogado graduado en la Universidad Nacional “Pedro Ruiz
Gallo” de Lambayeque. Estudió Maestría en la Universidad Nacional de Cajamarca.
Fue Juez de Paz Letrado Suplente, Teniente Alcalde de la Municipalidad
provincial de Cajabamba, Fiscal Provincial Titular Mixto de Cajabamba, Profesor
de la Facultad de Derecho de la Universidad Privada “San Pedro”. Ha publicado
los siguientes libros: Para Chatear con
Apolo, Cambio social, Leyes de la narración y Cuentos para todos.
2 comentarios:
Gracias al amigo PALUJO por evocar tan gratos momentos literarios.
Un abrazo desde Cajabamba. Y felicitaciones por tu cuento sobre el patròn San Isidro.
Lùcido Boy.
Gracias Lúcido Boy, fueron inolvidables momentos. Gracias también por los libros. Un abrazo.
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