Ing. CIP. Secundino Silva Urquía (*)
La Organización Mundial de Meteorología acaba de difundir,
durante la última Cumbre Mundial del Clima, en Sudáfrica, el dato estremecedor del
2011, como el año más cálido según el registro global de la temperatura hecho desde
1850. El planeta tierra se calienta de manera irreversible. Y la minería, una
de las actividades contaminantes más contributarias a este efecto, no asume su
responsabilidad. Por el contrario, en el Perú, la sociedad Newmont Mining Corporatión/Buenaventura
Ingenieros SA, llamada Yanacocha SRL, pretende imponer, con
el aval del estado y gobierno peruanos, el proyecto minero CONGA o MINAS CONGA,
en Celendín Cajamarca. Yanacocha SRL, con más de dieciocho años en Cajamarca, tiene
serios cuestionamientos por su accionar en lo social, ambiental y económico. Esto,
más las contundentes observaciones del Ministerio del Ambiente al Estudio de
Impacto Ambiental (EIA) de su nuevo proyecto CONGA, demuestran que ha trabajado
y trabaja con absoluta irresponsabilidad y prepotencia. El 24 de noviembre, el pueblo cajamarquino, cansado de los crímenes
ecológicos, abusos y amenazas de YANACOCHA SRL, inició un paro indefinido en
defensa de cientos de hectáreas espejos de agua (lagunas); de páramos y
bofedales con variada flora y fauna, ecosistemas de por sí frágiles; y de
fuentes naturales de agua, de las que depende la vida de varios cientos de
miles de pobladores del campo y ciudades como Celendín, Bambamarca y Cajamarca;
puesto que, la zona de influencia del mencionado proyecto, está en las
cabeceras de cuencas de los ríos que los abastecen de agua. Su lucha es
pacífica y sus consignas se han resumido en el contundente: ¡CONGA
NO VA!
Un sector de la prensa, parcializado a favor de las
transnacionales mineras informa tergiversando hechos, para aislar a Cajamarca
del resto del país y del mundo. Así, insultando a la inteligencia de los peruanos
sostuvo, entre otras cosas, que: “la protesta era de un pequeño grupo y
dirigida por solo dos o tres rojos, violentistas y anti mineros”; que
“los
cajamarquinos no son dueños de lo que la Ley establece como patrimonio de todos
los peruanos: el subsuelo y los recursos que guarda”. ¿Aceptarían, aquellos
pro mineros, en el sentido de justicia o de su lógica filipillesca, llevarse y
guardar en su casa, su parte de relaves y residuos tóxicos que deja la minería?
Seguro que NO; entonces, deben anteponer los intereses comunes de los pueblos,
a los suyos particulares, reflexionar y cambiar.
Ni
siquiera la Sociedad de Minería, Petróleo y Energía, y la CONFIEP, creen en lo
que informan sus periodistas comprados, ni en lo que declaran sus congresistas,
también comprados, con dinero que les dieron para sus campañas electorales. Su
eslogan publicitario: “¡PERÚ PAÍS MINERO!”, que pretendieron contrabandearnos
como doctrina económica del Perú, ha sido ridiculizado. El pueblo ya sabe que
el Perú es un PAÍS BIODIVERSO; y que, como tal, vale mucho más que todo el
dinero que han amasado Yanacocha y todos los socios de la CONFIEP; y más que el
codiciado oro que aún guarda entre sus cerros y lagunas. Aún así la CONFIEP y
su prensa creen que los peruanos somos tontos, de otro modo no se explica el
contenido de su comunicado “NO DETENGAMOS EL DESARROLLO CON INCLUSIÓN EN EL
PERÚ”, publicado hoy, en cuyos párrafos finales cínica y desvergonzadamente
dice lo siguiente: “…trabajemos juntos por la paz y rechacemos todo acto ilegal. La
inversión privada moderna, que genera riqueza y trabajo, que respeta
escrupulosamente la normatividad jurídica y del medio ambiente y que permite
una distribución más justa de los beneficios no puede verse afectada por
ciertos intereses particulares…” (Sic)
Ante
el cambio del gabinete de este gobierno, la opinión pública debe recordar que la
negociación por el conflicto Conga en Cajamarca, se frustró nada menos que por
la mediocridad del entonces Ministro Interior y ahora Premier Oscar Valdés ¿Qué podemos esperar de este señor, que demostró
ser incapaz de entender el funcionamiento de la democracia en las comunidades
campesinas, y dar un plazo de veinticuatro horas para que los dirigentes
consultaran a sus bases? ¿De qué será capaz? Hasta ahora solo de jugarse entero
por el trasnochado recurso de las dictaduras: la declaratoria de estado
de emergencia. Estamos avisados. La detención arbitraria e ilegal de los
dirigentes cajamarquinos: Milton Sánchez, de la Plataforma Interinstitucional
Celendina; y Wilfredo Saavedra, del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca,
entre otros; es un claro aviso de que este gobierno, con el mismo o renovado estilo
del aprofujimorismo, parece estar decidido a reprimir con violencia y criminalizar
las protestas de las organizaciones y de los pueblos.
Cabe
resaltar la coyuntural y rápida reacción de los limeños, frente al conflicto
Conga, expresada mediante vigilias, al menos dos masivas movilizaciones
nocturnas; y la amplia difusión de las redes sociales con fotografías, videos y artículos
explicativos, y consignas como: ¡CONGA NO VA!, ¡NO A CONGA!, ¡CUANDO LOS
PUEBLOS DICEN NO, ES NO!, ¡AQUÍ, ALLÁ CONGA NO VA MÁS!; etc. Así, pese a la
desventaja frente a la prensa oficial, la causa ambientalista va sensibilizando
a la opinión pública y ganándola a su favor. En esto, cabe resaltar la
actuación determinante de la juventud; organizada en colectivos, grupos,
círculos de estudio o partidos políticos, está en primera fila. Nos anima su
entusiasmo, su capacidad de articularse, su sentimiento solidario y su sensibilidad
para hacer suya la causa de un pueblo que es parte de la patria. ¡Felicitaciones!
¡Cajamarca y el Perú les agradecen! Y nosotros los adultos, por permitirnos ver
en ustedes, con fe y esperanza, el dinamismo de un Perú mejor.
En
la movilización del viernes 09 de diciembre, concurrida y exitosa, resalto la
presencia de nuestro vate celendino, el profesor Jorge Horna, quien con la
caminata rememoraba sus luchas desde la primera huelga magisterial de los años setenta;
del narrador José Luis Aliaga, la Ing. Sandra Aliaga y muchas personalidades más.
Soportar los efectos de las bombas lacrimógenas, junto a una juventud justificadamente
rebelde y valiente no era problema. Todo esto, nos convence más que la causa del
pueblo cajamarquino es nacional y mundial; y sobre todo, justa. Una lucha por la
subsistencia misma de la humanidad, por la vigencia de la vida y la conservación
del planeta.
Lima, 11 de diciembre del 2011
(*)
Presidente del Comité de Apoyo a Celendín Cajamarca.
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