"Cuando el ánimo está cargado de todo lo que aprendimos a través de nuestros sentidos, la palabra también se carga de esas materias. ¡Y como vibra!" José María Arguedas
miércoles, 25 de agosto de 2010
6
comentarios:
Jorge Horna
dijo...
Un cuento bien estructurado, lenguaje apropiado, que conmueve desde el inicio, y el final inesperado, le dan un buen rango a la escritura en ascenso de José Luis Aliaga.
Felicidades por la narración, me ha gustado sobremanera. Posee diversas cualidades, tanto de ambiente perfectamente definido, en lo físico y lo emocional. El conjunto sobrio, con una buena historia que predomina sobre los detalles.
La historia es entrañable. Destaco los contrastes que presentas: la expectativa de un pueblo viejo y su transformación; el nieto y el abuelo; la juventud y la vejez; la vejez, su fuerza y la defensa de los intereses de su comunidad; el nieto policía y el abuelo campesino. Todos ellos presentados de forma suave, sin recargarlos mucho. Me parece que también logras una buena ambientación al colocar ciertos detalles tan propios del campo y de lo rudo que son las jornadas. El final, con la repetición de una frase aparecida anteriormente, tiene buen ritmo. Es un final que, para mí, exige decisión, contundencia. No es un final que deba conformarse con quedar abierto. ¿Le ganará la sangre a Joselo, para batirse al lado del abuelo? ¿O querrá seguir siendo un policía, pobre diablo, que corretea insurrectos? Felicidades
Son muy amables los amigos que se dieron la molestia de leer el cuento y hacer su comentario. Les agradezco un montón a Jorge Horna, a Jorge Negrete y a Susana Molina. Un abrazo José Luis
Amiga, Grama arisca tiene algo de realidad y ficción. La parte real es el final y sucedió en Ayacucho, donde este joven policía se vio involucrado en hechos de traición al colaborar con los subversivos, que eran sus familiares, y seguir en la institución. Todo ello lo trasladé a un ambiente que conozco, mi pueblo natal, Sucre, donde, felizmente, no sufrimos de esta guerra fratricida que tuvo que enfrentar nuestro Perú. Gracias por tus comentarios
6 comentarios:
Un cuento bien estructurado, lenguaje apropiado, que conmueve desde el inicio, y el final inesperado, le dan un buen rango a la escritura en ascenso de José Luis Aliaga.
JH.
Felicidades por la narración, me ha gustado sobremanera. Posee diversas cualidades, tanto de ambiente perfectamente definido, en lo físico y lo emocional. El conjunto sobrio, con una buena historia que predomina sobre los detalles.
La historia es entrañable. Destaco los contrastes que presentas: la
expectativa de un pueblo viejo y su transformación; el nieto y el
abuelo; la juventud y la vejez; la vejez, su fuerza y la defensa de los intereses de su comunidad; el nieto
policía y el abuelo campesino. Todos ellos presentados de forma
suave, sin recargarlos mucho.
Me parece que también logras una buena ambientación al colocar
ciertos detalles tan propios del campo y de lo rudo que son las
jornadas.
El final, con la repetición de una frase aparecida anteriormente,
tiene buen ritmo. Es un
final que, para mí, exige decisión, contundencia. No es un final
que deba conformarse con quedar abierto. ¿Le ganará
la sangre a Joselo, para batirse al lado del abuelo? ¿O querrá
seguir siendo un policía, pobre diablo, que corretea insurrectos?
Felicidades
Son muy amables los amigos que se dieron la molestia de leer el cuento y hacer su comentario. Les agradezco un montón a Jorge Horna, a Jorge Negrete y a Susana Molina. Un abrazo
José Luis
Palujo, ¿Grama arisca es es pura imaginación o sacado de la realidad? El cuento me hizo recordar mis días en Colombia, me gustó. Te felicito. Kharey.
Amiga, Grama arisca tiene algo de realidad y ficción. La parte real es el final y sucedió en Ayacucho, donde este joven policía se vio involucrado en hechos de traición al colaborar con los subversivos, que eran sus familiares, y seguir en la institución. Todo ello lo trasladé a un ambiente que conozco, mi pueblo natal, Sucre, donde, felizmente, no sufrimos de esta guerra fratricida que tuvo que enfrentar nuestro Perú.
Gracias por tus comentarios
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