En la tarde de ayer domingo, Livaque, Milton, Fredy, Gaspar y otros compas y cumas dimos un paseito corto por las alturas del cerro Jelig, por El Lanche. Un paseito que debe repetirse, no para cambiar de aires porque Celendín aún lo tiene puro, sino para afilar la conversa ahora que están llegando los políticos y que los camaleones han sacudido las plumas de la vergüenza y se acomodan con la piel pintada de oportunismo come oro. ¿Qué se dirán estos individuos cuando, en sus reuniones, se encuentran con sus tocayos fujimoristas, apristas, mauristas, etc. ahora acuñístas? Alistarán sus dientes, sus panzas y se sobaran las palmas de las manos pensando en la torta. Bueno, un paseito que también sirvió para despedirnos de nuestro compa Gaspar. Buen viaje amigo.
0 comentarios:
Publicar un comentario