Huacapampa
Cuando llegó la gran serpiente tricéfala que avanzaba del sur, una de sus cabezas tomó dirección al sinchado de Choctamalca. El sinchi Wallquishaua venció a la falange invasora en Yuquibamba, mientras las otras cabezas vencían al Apu Sinchi Anco Huaraca de Cashamalca en Cuntibamba, Huacraruco y Matara. La suerte estaba echada y Sinchi Wallquishaua, en un rasgo de audacia, al caer la noche, robó a las coris del palacio del Apu Sinchi, siendo perseguido por el feroz Llancar, al mando de uno de los ejércitos del Inca, trabándose mortal combate en las orillas de la laguna Mishacocha.
Vista antigua de la bella Huacapampa |
Viéndose vencido Wallquishaua ordenó el retiro de sus fuerzas y por una cueva secreta de la laguna pasaron al otro lado del Atun Mayo (Marañón) dejando despoblado el territorio en donde hoy se ubica la provincia de Celendín, incluyendo el gran Huachinorco (Huacapampa)
En 1533, tras la muerte de Atabaliba, las ñustas y coris del palacio real huyeron a las punas orientales, amparadas por Titu Atauchi y fracciones del ejercito imperial destruido hasta las verdes y floridas pampas del valle de Huachinorco en donde lloraron amargamente la pérdida del imperio de la felicidad. A este lugar Rumiñahui y Titu Atauchi, le llamaron Huaccac Pamba, la llanura del llanto, de donde se deriva el nombre de Huacapampa.Cuando los españoles y portugueses que poblaban la zona, por sugerencia de Martínez de Compañón compraron del Rey de España la hacienda de este suelo, encontraron pocos indígenas y entre 1660 y 1802 se repobló con familias de origen español y portugués.Cuando la nueva población se elevó a la categoría de Villa, exceptuada de la jurisdicción de Cajamarca en 1802, Huacapampa fue anexo de Celendín, y en 1862 de Lucmapampa.
Al proclamarse la independencia en 1821, esta jurisdicción tomó la categoría de caserío de Huacapampa, perteneciente a Celendín y, en 1862, al crearse el distrito de Lucmapampa, fue incorporado a éste.Cuando Celendín fue elevado a la categoría de provincia, siguió dependiendo de Lucmapampa hasta 1887, año en que el presidente Andrés Avelino Cáceres, lo exaltó a la categoría de distrito de la provincia de Celendín, con el nombre de Huacapampa. El distrito conservó su nombre hasta 1940 en que el presidente Manuel Prado le cambió de nombre por distrito de Jose Galvez, con su capital Huacapampa, hasta hoy.
(Escrito de 1952)
(*) EL BÚHO
Pedro García Escalante
Escribe Rubil García Escalante
Pedro García, "El Búho" |
Pedro García Escalante.- Nació en Huacapampa, Celendín, en 1886, realizó sus primeros estudios en su pueblo natal y posteriormente en el Liceo “El Progreso” del maestro Pedro Ortiz Montoya en Celendín. Maestro de profunda vocación, ejerció la docencia desde 1903 en escuelas de su pueblo natal y en Celendín. Su afán aventurero y su sed de conocimiento lo llevaron a otros lugares de la patria en donde fundó colegios, como en Pacanga, Lambayeque y en el oriente a donde viajó, atraido por la fiebre del caucho de las primeras décadas del S. XX, fundando la escuela “La Flor Naciente” en Condorcanqui, un pueblo del Ucayali. Cansado de aventuras, regresó a la patria chica en donde se jubiló en la Escuela Nº 81 de Celendín, en 1954.
Hombre de ciencias y de letras, fue autor de monografías sobre su distrito y la provincia de Celendín, así como de apuntes históricos de carácter mundial que figuran en su obra inédita “El Alphagénesis”. Introdujo la primera imprenta en Celendín y publicó los periódicos “El Cometa”, “El Progreso”. “El Tímbre”, “El Timelo” y otras obras de carácter educativo. Inspirado en nuestro glorioso pasado incursionó en el teatro llevando a escena algunos dramas como “El llanto de las Coris”, “Ñaupipacha”, “La agonía de una flor”, “Las águilas del morro”, “Amarguras”, etc. También fue autor de novelas como “Venenos del amor”, “El palacio de los Cuatro Vientos”, pero su producción literaria es esencialmente lírica, como lo demuestran Las “Peruandinas” y “Lira del Ande”, poemarios inéditos en los que se autoidentifica con su seudónimo de “El Búho”. Como él mismo lo canta en una de sus coplas:
Nadie me conoce, ni conozco a nadie,
vivo en el silencio de los azules del Ande.
y aquél que quiera diversificar mis versos
primero que los pese en una balanza justa.
Canto porque todo en el mundo canta,
ya con ritmos bellos o descompasados,
canta la lluvia, cantan las aves, canta el viento
¿por qué no puedo cantar yo?
Soy el ave inquieta, triste y solitaria
de mi nadie sabe si alguien me acompaña
huyo del mundo que da pompa y fiesta
y pretensión alguna no es lo que me exalta
Hombre de ciencias y de letras, fue autor de monografías sobre su distrito y la provincia de Celendín, así como de apuntes históricos de carácter mundial que figuran en su obra inédita “El Alphagénesis”. Introdujo la primera imprenta en Celendín y publicó los periódicos “El Cometa”, “El Progreso”. “El Tímbre”, “El Timelo” y otras obras de carácter educativo. Inspirado en nuestro glorioso pasado incursionó en el teatro llevando a escena algunos dramas como “El llanto de las Coris”, “Ñaupipacha”, “La agonía de una flor”, “Las águilas del morro”, “Amarguras”, etc. También fue autor de novelas como “Venenos del amor”, “El palacio de los Cuatro Vientos”, pero su producción literaria es esencialmente lírica, como lo demuestran Las “Peruandinas” y “Lira del Ande”, poemarios inéditos en los que se autoidentifica con su seudónimo de “El Búho”. Como él mismo lo canta en una de sus coplas:
Nadie me conoce, ni conozco a nadie,
vivo en el silencio de los azules del Ande.
y aquél que quiera diversificar mis versos
primero que los pese en una balanza justa.
Canto porque todo en el mundo canta,
ya con ritmos bellos o descompasados,
canta la lluvia, cantan las aves, canta el viento
¿por qué no puedo cantar yo?
Soy el ave inquieta, triste y solitaria
de mi nadie sabe si alguien me acompaña
huyo del mundo que da pompa y fiesta
y pretensión alguna no es lo que me exalta
Cortesía de la página Web: Celendín Pueblo Mágico
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