Por Carlos Monge
La barra brava del modelo económico vigente, que incluye ahora a la
pareja gobernante y su entorno más cercano, apuesta a más de lo mismo.
Seguirán apostando por exportar minerales a China y por seguir fortaleciendo la Alianza del Pacífico, aun cuando nos volvamos cada vez más primario exportadores sin capacidad de generar valor ni empleos sostenibles y de calidad. Para ello, querrán imponer como sea proyectos políticamente inviables como Conga (Cajamarca) y Tía María (Arequipa).
Seguirán apostando por exportar minerales a China y por seguir fortaleciendo la Alianza del Pacífico, aun cuando nos volvamos cada vez más primario exportadores sin capacidad de generar valor ni empleos sostenibles y de calidad. Para ello, querrán imponer como sea proyectos políticamente inviables como Conga (Cajamarca) y Tía María (Arequipa).
Su
obsesión interna seguirá siendo disminuir los “sobrecostos laborales”,
eliminando los pocos derechos laborales que quedan para reforzar una
competitividad basada en el cholo barato. Mientras, seguirán pensando
que chorreo económico y el gasto social eficiente y focalizado incluirán
a los excluidos y superarán la creciente desigualdad entre sectores
sociales, grupos étnicos y territorios.
Minería y conflictos
José de Echave
EL 2012 comenzó bajo la influencia de un caso como el de Conga que ya
había escalado en el 2011. Al conflicto de Cajamarca se le sumó, a fines
de mayo, el estallido social en Espinar y otros casos que marcaron la
agenda del año.
Los conflictos en el 2012 continuaron aumentando no solo en número sino en intensidad. La intensidad se puede medir por la manera como polarizaron el país: casos como Conga o Espinar provocaron crisis políticas que se trajeron abajo gabinetes de ministros y precipitaron la ruptura de la bancada oficialista del Congreso.
El segundo semestre del año los estallidos sociales disminuyeron, lo que no quiere decir que los temas que están a la base de los conflictos hayan desaparecido.
Las reformas anunciadas no solo se han hecho esperar sino que todavía aparecen como esfuerzos parciales. Es el caso de la ley que crea el Sistema Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles, aprobada por el Congreso y que todavía deja algunos vacíos.
El año acaba con los guardianes de las lagunas haciendo vigilia en las alturas de Cajamarca, la comunidad de Cañaris movilizada y el sindicato de Southern en paro.
Los conflictos en el 2012 continuaron aumentando no solo en número sino en intensidad. La intensidad se puede medir por la manera como polarizaron el país: casos como Conga o Espinar provocaron crisis políticas que se trajeron abajo gabinetes de ministros y precipitaron la ruptura de la bancada oficialista del Congreso.
El segundo semestre del año los estallidos sociales disminuyeron, lo que no quiere decir que los temas que están a la base de los conflictos hayan desaparecido.
Las reformas anunciadas no solo se han hecho esperar sino que todavía aparecen como esfuerzos parciales. Es el caso de la ley que crea el Sistema Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles, aprobada por el Congreso y que todavía deja algunos vacíos.
El año acaba con los guardianes de las lagunas haciendo vigilia en las alturas de Cajamarca, la comunidad de Cañaris movilizada y el sindicato de Southern en paro.
Fuente: Diario La Primera, 31 de diciembre de 2012.
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